El mullah Abdul Qayyum Zakir es un viejo conocido de los servicios occidentales. Archivo
El mullah Abdul Qayyum Zakir es un viejo conocido de los servicios occidentales. Archivo
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El armado de gobierno de los talibanes comienza a tomar forma en , con el nombramiento de un exprisionero de la cárcel de Guantánamo como ministro de Defensa, según reportó este martes la cadena de noticias Al-Jazeera citando fuentes del movimiento islamista.

Exprisionero de Estados Unidos, con experiencia en la insurgencia y curtido en puestos de mando, el mullah Abdul Qayyum Zakir ya es un viejo conocido de los servicios occidentales, que tendrán desde ahora a su antiguo enemigo al frente de las decisiones bélicas talibanas.

Zakir se unió a los talibanes en 1997, cuando la milicia estaba en el apogeo de su poder en Afganistán, y se rindió a las fuerzas de la coalición occidental tras la invasión comandada por Estados Unidos a fines de 2001.

Se convirtió en prisionero en la prisión estadounidense de Guantánamo, donde las fuerzas del Pentágono llevaban a sus sospechosos de terrorismo, hasta su traslado a la prisión afgana de Pul-e-Charkhie, en diciembre de 2007. En una controvertida medida, Zakir fue liberado en 2008, al parecer bajo presión.

El Times de Londres citó a Peter M. Ryan, un abogado estadounidense que representó a otro excautivo que también estuvo detenido en Pul-e-Charkhi, quien mencionó que el proceso de revisión afgano de su caso fue “caótico” y más influenciado por la política tribal que por la culpa o la inocencia.

Sin perder tiempo, Zakir rápidamente se reincorporó a la insurgencia, viajó a Quetta, Paquistán, y se convirtió en un influyente en el consejo de liderazgo talibán. A partir de ahí, se convirtió en un importante lugarteniente del mullah Muhammad Omar, el fundador y líder de los talibanes.

En 2010, el mullah Omar lo nombró como líder de la comisión militar de los talibanes, a cargo de las operaciones diarias de la insurgencia en todo Afganistán.

El Wall Street Journal informó en 2014 que Zakir había dimitido como comandante militar en jefe de los talibanes, posición que ocupaba entonces, en parte debido a las tensiones con otros líderes que no compartían su oposición a las conversaciones de paz con el gobierno afgano.

Los talibanes continúan deliberando desde hace días el armado de su régimen, con promesas de moderación, mientras el país continúa en plena agitación por la repentina toma del poder del grupo islamista y la caótica salida de los diplomáticos extranjeros y sus colaboradores afganos.

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