Aécio Neves es sin duda la personificación de la frase “nada está dicho hasta el final”. El candidato socialdemócrata pasó de estar relegado al tercer lugar durante las últimas semanas de campaña por la presidencia de Brasil a disputar la segunda vuelta junto a la actual mandataria Dilma Rousseff.
Neves logró durante los últimos días desplazar de la contienda a la candidata ambientalista Marina Silva. Tras semanas de ser considerada como un “huracán” que podría destronar a la mandataria, Silva vio su suerte cambiar en las últimas encuestas y Neves logró una ventaja que consolidó hoy en la primera vuelta.
Este giro regresa al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) al centro de la atención. Natural de Minas Gerais, Neves logró resistir los altibajos y esto no fue gratuito.
El economista y senador de 54 años ha sido dos veces gobernador del estado de Minas Gerais, donde dejó el cargo con gran aceptación. Durante la campaña, el experimentado político siempre repitió que “la racionalidad” volvería a reinar.
Prueba de su calma ante el “huracán Silva” fueron sus declaraciones a fines de agosto en las que afirmó que Brasil “no es para aficionados”, en clara referencia a la líder ambientalista, duramente criticada por su falta de experiencia y los problemas que tendría para lograr apoyo de gobierno.
Así, Neves confió y esperó y el tiempo parece haberle dado la razón. Sin embargo, los últimos sondeos mostraban como ganadora a Rousseff en una segunda vuelta ante Silva o Neves.
Neves y Rousseff protagonizarán así una clásica disputa presidencial en Brasil: El Partido de la Social Democracia Brasileña versus el Partido de los Trabajadores.
EL FAVORITO DE LOS MERCADOS
Neves, quien ha sido tachado durante la campaña como un fiel reflejo de la élite brasileña e incluso ha sido estigmatizado por una parte del electorado por su supuesta afición a la buena vida, cuenta también con el apoyo de los mercados.
El economista y miembro del PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), dejó el cargo de gobernador del estado de Minas Gerais con altísima popularidad.
Es también conocido por estar casado con la ex modelo Leticia Weber, de 34 años, con la que tiene un par de gemelos. Tiene también una hija mayor de nombre Gabriela, fruto de un matrimonio anterior.
Además, tiene fama de playboy y de visitar con frecuencia discotecas de Leblon, uno de los barrios más ricos de Rio.
Sin embargo, algunos analistas dijeron a la agencia AFP que Neves y su partido tienen una carencia.
"El PSDB es visto como un partido de poca sensibilidad social", dijo Marco Antonio Teixeira, profesor de ciencias políticas de la Fundación Getulio Vargas.
Esto contrasta con la imagen del Partido de los Trabajadores, que lidera la mandataria Rousseff. Este partido siempre destaca los avances sociales que impulsó en los 12 años que tiene en el poder en el país carioca.
Neves ha optado durante su campaña por focalizarse en el pobre crecimiento que ha tenido la economía del país al mando de Rousseff. Asimismo, ha criticado que la inflación va en alza y los escándalos de corrupción, como el de la estatal Petrobras, que han salpicado al actual gobierno
Así, el socialdemócrata acusa al gobierno de Rousseff y al de su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) de "ahuyentar" a los inversionistas y "demonizar" las alianzas entre capitales privados y públicos.
Neves, a diferencia de Rousseff, defiende la autonomía del Banco Central y ha asegurado que de ser elegido su ministro de Hacienda sería Arminio Fraga, quien fue presidente del Banco Central durante el gobierno de Cardoso.
Hoy, para suerte de Neves, quedó reflejado en las urnas brasileñas que nada está dicho hasta el final.