El doctor peruano Ricardo Pun-Chong, fundador del albergue Inspira, fue elegido ganador del prestigioso premio CNN Héroes 2018, organizado por la cadena estadounidense.
Hace un mes, Pun-Chong conversó con este Diario para contarnos detalles sobre su historia y cómo podían votar por él durante el concurso. A continuacion, reviva la entrevista que se publicó originalmente el 8 de noviembre en la sección Posdata de El Comercio.
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El 1 de noviembre se anunció a los 10 finalistas para los premios CNN Héroes, que destacan a las personas detrás de iniciativas que cambian al mundo.
Ocho de los finalistas son estadounidenses, una es nigeriana y el restante es el doctor peruano Ricardo Pun-Chong, fundador de Inspira, un albergue para niños con cáncer.
“Estaba en el albergueesperando la noticia junto a huéspedes y voluntarios. Ya te imaginarás cómo terminamos gritando cuando nos anunciaron”, cuenta.
—¿Cómo fue nominado?
Todo ocurrió el año pasado. Gracias a las redes me contacté con mi promoción del colegio, entre ellos una compañera llamada Natalia León, que vive en el extranjero desde cuarto de primaria porque el terrorismo mató a su papá. El año pasado me comentó que regresaría al Perú para que sus hijos conocieran el país y ella quería conocer nuestro albergue porque nos seguía por redes. Se enamoró de lo que vio y dijo que necesitaba hacer algo con esto. Llegó a EE.UU., prendió la TV y vio CNN Héroes. Ella me postuló.
—¿Se siente un héroe?
No sé. Es bonita la palabra. Pero este premio sería el reconocimiento a los voluntarios que trabajan conmigo.
—Su madre falleció a causa del cáncer. ¿Eso influyó en la creación de Inspira?
No. Elegimos el cáncer porque está la posibilidad de que los niños se salven. Yo soy muy católico, voy a la iglesia todos los días. Fui acólito hasta los 21 años. Un día le dije a mi pata [refiriéndose a Dios]: “No te entiendo, ¿qué quieres que haga? Mándame una señal”. Y me la mandó.
—¿Cuál fue?
Acababa de terminar con una chica, me deprimí; una paciente me vio triste y me llevó a un albergue de niños con cáncer. Ahí conocí a Mayumi, una adolescente de 14 años que paraba acostada y tapada. Yo llevaba juguetes y comida, la invitaba a que bajara y se negaba siempre. A la sexta vez le pregunté por qué no quería bajar. “Me acaban de amputar la pierna”, respondió. ¿Cómo crees que iba a seguir triste por mi enamorada si una chica de 14 años acababa de perder una pierna?
—También contó que lo inspiró ver a muchas familias durmiendo afuera de los hospitales...
Es correcto. Cuando era niño e iba como paciente a los hospitales tenía la imagen de gente durmiendo en los pasillos. Cuando fui alumno de Medicina seguía existiendo la misma imagen. Y cuando fui médico también. Ahora que soy voluntario espero que esa imagen se logre borrar. El problema existe, ahora encontremos soluciones. Es importante que más instituciones se sumen para cubrir esta necesidad y que más gente confíe en que podemos hacer cosas positivas.
—Sabemos que el cáncer no solo afecta al paciente sino a toda la familia.
De hecho. Es una enfermedad de largo aliento. Dejas de trabajar como lo hacías antes para cubrir los gastos o para estar con tu hijo. Nuestra misión es que no se suspenda el tratamiento solo porque no tienen un lugar donde quedarse.
—¿Qué encuentran esas familias en Inspira?
Un lugar seguro donde puedan ir a dormir. Comida sana. Además de todo el apoyo emocional que podemos compartir con ellos. Pero no estamos solos, somos un puente entre la gente que necesita y la que quiere apoyar. Así hemos logrado ayudar a poco más de 800 familias que enfrentaban el cáncer y han pasado por el albergue. Las camas han sido ocupadas más de 48 mil veces.
—¿Cómo es eso?
Un niño se puede quedar desde un día hasta lo que sea necesario. Lo máximo fueron 3 años y 8 meses. Imagínate, tres años sin moverse.
—Terrible, las ganas que tendría de jugar…
Ese es un tema importante. Nosotros no tenemos TV, prefiero mil veces que el niño sea creativo, que salte, que juegue, que se enamore, que se desilusione, que agarre un plumón y me garabatee la pared. Un día me pintaron el carro.
—¿No se volvió loco?
No. Es más, la primera vez que rayaron la pared se asustaron, soy un tipo de cara ruda. Pero cuando llegué y vi la pared me emocioné muchísimo. Me había pasado la madrugada pintando esas paredes junto a ese amigo, pero esa raya significaba que había un niño adentro, funcionaba el sueño. Eso era lo que necesitaba la pared.
—Son como su familia.
No puedo considerarla así. Son amigos maravillosos. Si los considerara mi familia no estaría conversando contigo. En el 2014 murieron 14 niños, si los considerara mis hijos estaría en el manicomio.
— Si gana el premio…
Lo voy a ganar.
—Perdón, cuando lo gane, planea ampliar el albergue.
Sí, iniciaremos la construcción de uno nuevo. Hace unos años tocaron la puerta del albergue, abrí y una chica de la municipalidad que repartía bolsitas de reciclaje me ofreció algunas. Los niños que estaban atrás de mí vieron eso y se acercaron para abrazarla. Se quedó conmovida, le explicamos que éramos un albergue y me dijo que hablaría con el alcalde para que nos apoye. El alcalde se tomó un día para ir a conocer a los niños. Le conté que mi sueño era que el albergue creciera, y encontraron un terreno en el distrito, lo sometieron al concejo y aprobaron cedérnoslo. Ahora, el sueño es que sea construido por todos los peruanos, que la gente pase y le diga a sus hijos: “Un ladrillo de esos es mío. Yo lo doné”.
—¿Cómo se puede votar?
Necesito que me apoyen. Ingresan a cnnheroes.com, dan clic en “Vote for the CNN Hero of the Year!”, salen los rostros y ahí votan por mí. Pueden votar hasta 20 veces por día [10 usando su cuenta en Facebook y 10 usando su correo].
Ricardo Pun-Chong
Médico cirujano nominado a CNN Héroes
Nací en Lima hace 47 años. Estudié Medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara, en México. He sido alumno bombero en la Compañía Salvadora Lima 10. En junio del 2011 comenzó a operar el albergue Inspira.