Un nuevo "califa" y una nueva advertencia.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) nombró a su nuevo líder luego de que Abu Bakr al Baghdadi, su ideólogo durante los últimos cinco años, muriera el pasado sábado durante una operación de EE.UU. en Siria.
► Estado Islámico anuncia que su nuevo líder es Abú Ibrahim al Hashimi al Qurashi
En un comunicado a través de la red de mensajería Telegram, el grupo confirmó la muerte de su jefe, a la vez que pidió a los musulmanes que juren lealtad a su sucesor.
El grupo identificó al sucesor como Abu Ibrahim al Hashemi al Qurashi, aunque se desconoce su identidad a ciencia cierta, dado que se trata de uno de los nombres de guerra que generalmente utiliza la organización.
“El Consejo Shura se reunió inmediatamente después de confirmar el martirio del jeque Abu Bakr al Baghdadi. Los líderes de los muyahidines, luego de consultar con sus hermanos y actuar de acuerdo con la voluntad (de al-Baghdadi), prometieron lealtad a Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi como nuevo líder de los creyentes”, indicó el comunicado.
Estado Islámico también confirmó la muerte del portavoz del grupo, Abu al Hasan al Muhajir, quien era visto como potencial sucesor de al Baghdadi y que EE.UU. anunció que había eliminado en otra operación horas después del ataque contra el líder de la organización.
El nuevo portavoz, llamado Abu Hamza al Qurashi, instó a los seguidores de Estado Islámico a honrar al nuevo "califa" y lanzó una amenaza a los estadounidenses.
"Que no se regocije Estados Unidos por la muerte del jeque al Baghdadi. ¿No sabe Estados Unidos que Estado Islámico está hoy a las puertas de Europa y en África Central?", afirmó.
¿Quién es Abu Ibrahim al Hashemi al Qurashi?
Estado Islámico no proporcionó muchos detalles sobre su nuevo líder ni publicó una foto, pero lo describió como una “figura prominente en la yihad”.
“Nadie, y quiero decir nadie fuera de un círculo muy pequeño dentro de Estado Islámico, tiene idea de quién es su nuevo líder ‘Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi’”, escribió en Twitter Paul Cruickshank, analista del Centro para el Combate del Terrorismo, de la academia West Point del Ejército de EE.UU.
El nombre revelado no es conocido por las fuerzas de inteligencia ni por analistas del grupo, aunque el uso del apellido al Qurashi se asocia con el de las familias que se declaran descendientes de Mahoma (lo que es fundamental para ser considerado "califa").
Según la especialista en medios yihadistas de la BBC Mina al Lami, el uso de ese apellido era muy relevante y mantenía a los expertos en vilo, pues si Estado Islámico elegía nombrar a alguien que no fuera un “al Qurashi” hubiera sido un reconocimiento implícito de que el “califato” ya no existe.
La agrupación identificó además a su nuevo líder como un "erudito", un conocido "combatiente" y un "emir de la guerra" que ha luchado contra las fuerzas estadounidenses y sabe cómo combatirlas.
¿Cuál es el contexto?
Estado Islámico declaró en 2014 la creación de un “califato”, un estado gobernado de acuerdo con la Sharia o la ley islámica, después de tomar el control de grandes franjas de Irak y Siria e imponer su brutal gobierno a millones de civiles.
Al Bagdadi se proclamó como "califa Ibrahim" y exigió la lealtad de los musulmanes de todo el mundo.
La agrupación llegó a controlar en sus años de apogeo unos 88.000 kilómetros cuadrados de territorio desde el oeste de Siria hasta el este de Irak, impuso su régimen a casi ocho millones de personas y generó miles de millones de dólares en ingresos por petróleo, extorsiones y secuestros.
Un avance de los militantes de Estado Islámico en áreas controladas por la minoría étnica kurda de Irak y el asesinato o esclavización de miles de grupos religiosos yazidíes llevó a una coalición multinacional liderada por Estados Unidos a lanzar una campaña aérea contra los yihadistas en Irak.
Después de que Estado Islámico decapitara a varios rehenes occidentales, las fuerzas internacionales comenzaron a realizar ataques aéreos en Siria.
Pero el grupo extremista dio la bienvenida a la posibilidad de una confrontación directa con la coalición liderada por Estados Unidos, viéndola como un presagio de un enfrentamiento del fin de los tiempos entre musulmanes y sus enemigos descritos en las profecías apocalípticas islámicas.
La guerra que siguió dejó miles de muertos, desplazó a millones y devastó grandes territorios.
El principio del fin
Sin embargo, durante los siguientes cinco años, el grupo yihadista fue expulsado lentamente del territorio que controlaba.
En marzo de 2019, las fuerzas de la coalición internacional capturaron la última parte del territorio en poder del Estado Islámico en Siria, cerca de la aldea de Baghuz, con lo que Trump anunció como el fin formal de Estado Islámico.
Pero a pesar de la desaparición de su califato físico y de la muerte de su líder la pasada semana, Estado Islámico sigue siendo una fuerza endurecida por la batalla y bien disciplinada cuya derrota perdurable no está asegurada.
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El grupo todavía tiene entre 14.000 y 18.000 "miembros" en Irak y Siria, incluidos hasta 3.000 extranjeros, según un informe reciente de Estados Unidos.
Según explicó a la BBC Lina Khatib, directora del programa de Medio Oriente en el grupo de expertos en relaciones internacionales Chatham House, más que la muerte de al Baghadadi o la elección de un líder, lo que es más decisivo ahora para el grupo es su situación en Siria.
“La situación en el noreste de Siria subraya que incluso si la coalición internacional anti-Estado Islámico considera la muerte de al Bagdadi como una victoria simbólica, las tensiones locales son el principal combustible para el resurgimiento del grupo, mientras que la presencia terrestre de las fuerzas de la coalición sigue siendo el mayor elemento disuasivo”, agrega.