Luego de que el mundo conociera la historia de Samra Kesinovic y Sabina Selimovic, dos amigas austriacas de 15 años que huyeron a Siria para unirse a las filas terroristas del Estado Islámico y que después aseguraron que vivían una pesadilla, ahora una de ellas dice que es feliz viviendo con los terroristas en su bastión de Raqqa.
Hace unas semanas, los familiares de las adolescentes aseguraron que las chicas los habían contactado para decirles que estaban arrepentidas y querían volver al país tras enterarse que estaban embarazadas. También contaron que s ehabían casado con dos terroristas chechenos y que vivían un verdadero infierno.
Sin embargo, ahora Sabina Selimovic ha salido a desmentir esas versiones, según el diario francés “Paris Match”.
Samra Kesinovic, de 15 años, viajó junto a Sabina. Ambas escaparon de sus casas dejando un mensaje que decía: "Viajamos para servir a Alá y morir por él". (Foto: Interpol)
En una entrevista por medio de mensajes de texto con “Paris Match”, Selimovic negó estar embarazada y mucho menos arrepentida del viaje que realizó desde Viena. Además, la joven agregó que disfruta de la nueva vida que lleva en Siria, pues es libre de practicar su religión de una forma inimaginable en Austria.
Las menores se encontrarían en Raqqa, luego de haber cruzado la frontera con Turquía a pie. Selimovic agregó al final de la entrevista que: "Me gusta la comida, es muy similar a la de Austria, aunque la mayoría de los alimentos son 'halal'. Pero también se puede conseguir ketchup, Nutella y cereales”.
Los alimentos ‘halal’ son los que la ley islámica permite consumir, con ciertas restricciones en cuanto al tipo de carne.
ESTARÍAN SIENDO OBLIGADAS
Al conocerse las declaraciones de la joven, la policía antiterrorista austriaca respondió ante los medios.
Los agentes señalaron que lo dicho por la joven no sería más que declaraciones obligadas por terroristas presentes durante la entrevista. "Es casi seguro que la obligaron a negar públicamente lo que había dicho anteriormente", declararon al diario inglés “Daily Mail”.
El encargado de obligar a la joven seria su esposo, un islamista checheno, quien habría recibido la orden de algún superior que vio peligrar la estrategia propagandística del Estado Islámico.