Washington/Tikrit (Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el jueves que su país enviará hasta 300 asesores militares a Iraq para ayudar en la lucha del ejército de ese país contra los yihadistas de ISIS.
Igualmente, anunció que estaba preparado para adoptar medidas militares focalizadas más adelante si se consideraba necesario, postergando la posibilidad de ataques aéreos estadounidenses contra los insurgentes, aunque mantuvo la opción abierta.
"Estamos dispuestos a llevar adelante acciones militares precisas si constatamos que la situación lo requiere", señaló Obama, en una aparente referencia a los ataques aéreos pedidos por el Gobierno Iraquí, tras reunirse con altos asesores en materia de seguridad en la Casa Blanca.
No obstante, el mandatario hizo hincapié en la necesidad de una solución política a la crisis en Iraq e insistió en que las tropas estadounidenses no volverían a combatir en ese país árabe.
El contingente de hasta 300 asesores militares estará integrado por fuerzas especiales y será destinado a centros de operaciones conjuntas para compartir datos de inteligencia.
Obama pidió al primer ministro, Nuri al-Maliki, que adopte medidas urgentes para terminar con las divisiones sectarias del país. Los yihadistas de ISIS son sunitas extremistas que luchan coontra el gobierno dirigido por la minoría chiíta.
"No tenemos la capacidad para resolver este problema simplemente enviando decenas de miles de soldados. Finalmente, es algo que tendrá que ser resuelto por los iraquíes", aseveró.
El presidente, que retiró las tropas estadounidenses de Iraq a fines del 2011, dijo que Estados Unidos aumentaría significativamente el respaldo a las fuerzas de seguridad iraquíes, pero no accedió a la solicitud de Bagdad de usar inmediatamente el poder aéreo norteamericano para contener a los insurgentes que han tomado el control del norte del país.
Guerra en la refinería
Mientras Obama anunciaba su respuesta a la crisis en Iraq, la enorme refinería de Baiji, a 200 kilómetros al norte de la capital y cerca de Tikrit, se transformaba en un campo de batalla.
Tropas leales al gobierno contenían la ofensiva de los insurgentes de ISIS y sus aliados, quienes habían atacado su perímetro el día anterior, amenazando la producción nacional de energía.