Donetsk, Reuters
Ucrania acusó el sábado a Rusia y a los rebeldes prorusos de destruir pruebas para encubrir la responsabilidad del derribo de un avión de pasajeros malasio, un hecho que ha acelerado un enfrentamiento entre el Kremlin y las potencias occidentales.
En momentos en que los militantes mantenían a los observadores internacionales lejos del sitio del suceso por tercer día consecutivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, llamó a los rebeldes a cooperar e insistió que una investigación ordenada por la ONU no debe hacer conclusiones apresuradas.
Moscú niega su participación en el hecho y ha acusado a Kiev de estar detrás de la muerte de las 298 personas que iban a bordo del vuelo MH17 de Malaysian Airlines que salió el jueves desde Ámsterdam rumbo a Kuala Lumpur.
El Gobierno Holandés, cuyos ciudadanos componen más de la mitad de las víctimas, dijo estar "furioso" por el trato que se ha dado los cadáveres esparcidos alrededor de varios kilómetros y pidió la ayuda del presidente de Ucrania para traer de vuelta a "nuestra gente" a casa.
En tanto, el líder de los insurgentes, Aleksander Borodai, dijo que no habían encontrado la caja negra del vuelo y añadió que estaban evitando alterar el área donde el avión cayó.
Los observadores de la agencia de seguridad europea OSCE visitaron el sábado parte de la zona del accidente, cerca del poblado de Hrabove, por segundo día consecutivo y nuevamente encontraron su acceso obstaculizado por hombres armados de las fuerzas de la autoproclamada República Popular de Donetsk.
Sin embargo, un funcionario de la OSCE dijo que pudieron tener un mayor acceso que el viernes al lugar de la tragedia.