Policía turca montan guardia en Estambul, Turquía. (Foto referencial: Ozan KOSE / AFP)
Policía turca montan guardia en Estambul, Turquía. (Foto referencial: Ozan KOSE / AFP)
/ OZAN KOSE
Agencia EFE

Gobierno y oposición en se han enfrentado este sábado por las posibles motivaciones racistas de una masacre que ayer dejó 7 muertos, tras un ataque armado contra una familia kurda en Konya, en el centro del país.

”Siete ciudadanos kurdos han sido masacrados de forma bárbara en Konya. Es uno de los ejemplos más terroríficos de los ataques racistas que se suceden desde hace tiempo”, dijo Mithat Sancar, presidente del partido izquierdista HDP, tercero del Parlamento, que defiende los derechos de la minoría kurda del país.

”El discurso de odio y provocación del Gobierno son el principal responsable de la masacre”, agregó Sancar en un discurso anoche, publicado hoy en la web del partido.

Sin embargo, el Gobierno ha rechazado toda motivación ideológica o étnica del crimen. ”La propaganda que atribuye motivos ideológicos a este asesinato, a esta salvaje masacre, es una provocación, es mentira”, insistió el jefe de comunicación de la Presidencia turca, Fahrettin Altun.

”No hay indicios de una motivación étnica o ideológica”, aseguró también el ministro de Justicia, Abdulhamit Gül, en su cuenta en Twitter esta madrugada, al prometer una investigación exhaustiva del crimen.

El ataque tuvo lugar en la tarde del viernes, cuando 7 miembros de la familia kurda Dedeoglu, entre ellos tres mujeres, fueron asesinados a tiros en un barrio periférico de la ciudad de Konya, en un ataque perpetrado por una sola persona, según ha avanzado el ministro del Interior, Süleyman Soylu.

Detenidos

La Fiscalía ha informado hoy de la detención de diez personas sospechosas de estar relacionadas con el ataque y ha subrayado que el crimen es el resultado de la enemistad de dos familias vecinas que se prolonga desde hace 11 años, sin que consten motivos ideológicos o étnicos.

Ya en mayo pasado, la familia Dedeoglu sufrió un ataque por parte de un grupo grande de personas armadas con palos, piedras y cuchillos, a raíz del cual hubo varios heridos e ingresaron en prisión preventiva siete de los asaltantes.

Según el diario turco Evrensel, la familia Dedeoglu es la única familia kurda en el barrio, donde vive desde hace 24 años, dedicada a la ganadería, y sufre amenazas y ataques racistas desde hace 15 años por parte de sus vecinos.

Los feudos entre familias con enfrentamientos armados no son un fenómeno raro en Turquía, pero la prensa izquierdista denuncia que en los últimos años se han multiplicado los ataques contra ciudadanos kurdos bajo lemas racistas o ultranacionalistas.

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