La incertidumbre sobre la transparencia de las elecciones presidenciales en Venezuela creció con la decisión del régimen de Nicolás Maduro -que aspira a un tercer mandato de seis años- de retirar definitivamente la invitación a la Unión Europea (UE) para que participe como observador de los comicios del 28 de julio. La más reciente de una serie de medidas adoptadas para inclinar la cancha a favor del chavismo tiene el potencial de tensar mucho más lo que queda de la ruta electoral.
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Maduro, en control de todas las instituciones, ha encabezado en los últimos meses una campaña agresiva contra la oposición que ha puesto en evidencia su nulo interés en dejar el poder. Luego de que el régimen vetara la candidatura de María Corina Machado y su sustituta Corina Yoris, la oposición mayoritaria designó como su representante al exdiplomático Edmundo González Urrutia, una carta de poco peso, pero que ha recibido el respaldo de las fuerzas que buscan sacar al chavismo del poder.
La prueba más contundente de las trabas del gobierno al proceso, a tan solo dos meses de la jornada electoral, es su decisión contra la visita de la UE. El Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, anunció en las últimas horas el retiro de la invitación de la UE para los comicios debido a la “actitud hostil e irrespetuosa de este bloque”, según su titular Elvis Amoroso.
El CNE tomó la medida después de que la UE ratificara sanciones contra unos 50 funcionarios chavistas señalados por actos de represión o por socavar la democracia. Según Amoroso, la medida del CNE atiende el “incalculable daño patrimonial que se ha ocasionado al pueblo (por las sanciones), afectando a la salud de niños y ancianos”. Sin embargo, lo cierto es que las sanciones aplicadas por la UE son personales y no afectan a empresas estatales ni bienes públicos que perjudiquen a la ciudadanía.
CNE en ejercicio de las atribuciones conferidas por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica del Poder Electoral y la Ley Orgánica de Procesos Electorales ratifica la convocatoria amplia de veeduría electoral para la #EleccionPresidencial2024 pic.twitter.com/h1CtpIj1PO
— cneesvenezuela (@cneesvzla) May 28, 2024
El bloque europeo dijo lamentar “profundamente la decisión unilateral” del consejo electoral y pidió al gobierno reconsiderar su decisión a través de un comunicado que Amoroso repudió al afirmar que la Unión Europea se ha comportado como un actor “parcializado y agresivo”.
Comunicación Unión Europea, 28 de mayo 2024. pic.twitter.com/yOiIDOZkjn
— Unión Europea en Venezuela 🇪🇺🇻🇪 (@UEenVenezuela) May 29, 2024
Poder Electoral repudia el insolente comunicado de la Unión Europea, en el que se emiten consideraciones que son de exclusivas competencias de los venezolanos, convirtiéndose en un nuevo acto injerencista que pretende interferir en las decisiones del CNE #EleccionPresidencial2024 pic.twitter.com/iv8gcY2wdb
— cneesvenezuela (@cneesvzla) May 29, 2024
El comando de campaña de González Urrutia, apoyado por la mayor coalición opositora de Venezuela, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), exigió que se revierta la decisión de anular la invitación a la UE. La medida, afirmó, “solo ratifica su condición minoritaria y constituye una evidencia adicional del temor que le tiene a una observación electoral calificada y con credibilidad”.
Aunque por su retórica combativa pueda parecer lo contrario, José Carrasquero, analista político venezolano experto en campañas electorales, señala que el CNE no tiene facultades de interferir en la política exterior de Venezuela.
“No es el CNE el que puede invitar o ‘desinvitar’ a la Unión Europea. Y no solo eso. Las sanciones del bloque son aplicadas a personas. La Unión Europea no ha sancionado a Venezuela como un país, sino a una lista de personas. Se debe deplorar que la defensa de un grupo de personas asociadas al régimen se utilice como excusa para impedir la observación de la UE en las elecciones”, dice a El Comercio el experto, quien enfatiza que el CNE no se comporta como un organismo independiente en Venezuela.
La UE recordó que la medida del CNE viola parte del Acuerdo de Barbados, firmado por el gobierno venezolano y partidos de oposición, que establecía que una misión de observación del bloque comunitario sería invitada a la nación caribeña.
Imponer desconfianza
Para Carrasquero, el retiro de la invitación a la UE busca generar desconfianza en el proceso electoral. “La intención del régimen es tratar de enrarecer aún más el ambiente electoral. Su idea es ver si con eso pueden generar un ambiente en el que la oposición no quiera votar, es decir, ellos quieren incentivar la abstención de la oposición”, señala a este Diario.
El rechazo ciudadano hacia Maduro se ha hecho cada vez más evidente. Según las encuestas, aproximadamente dos tercios del país se oponen al oficialismo y son propensos a apoyar a cualquier candidato que pueda desafiar al presidente, a quien culpan del colapso económico, señala el diario “The New York Times”.
Es en este contexto que el régimen ha adoptado medidas para tratar de mejorar sus opciones. Las autoridades electorales bloquearon la presentación de candidatos que aspiraban a enfrentar a Maduro, principalmente María Corina Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos. Además, la oposición ha denunciado más arrestos de sus políticos y trabajadores de campaña y trabas para sus mítines políticos. Hasta la tarjeta electoral se ha hecho a la medida de Maduro: su cara aparece 13 veces en la cédula de votación.
Por eso, Carrasquero cree que la decisión tomada contra la observación de la UE tendrá un impacto negativo sobre el régimen pues “la gente sabe que el régimen ha venido torpedeando y manchando el proceso electoral”.
“El régimen ha venido creando una especie de expediente negativo alrededor de las elecciones con la prohibición de la participación de María Corina, al decidir quiénes son los candidatos, al mantener amenazas vigentes como declarar nudo al candidato de la oposición. Son cosas que hace quien se sabe perdido. Entonces, el impacto negativo neto es para el régimen. El régimen sigue elaborando una campaña en función de que no haya un proceso electoral limpio y eso es mal recibido por la comunidad internacional”, apunta.
Camino empinado
A este punto es evidente que Maduro seguirá usando todos los recursos a su alcance para tener una elección a su medida. La oposición dice estar preparada para los ataques que se vienen, mientras prosigue con su campaña por distintas partes del país.
Maduro, en tanto, tiene a su disposición la red de medios de comunicación públicos y todo el aparato del Estado para divulgar su propaganda que, por estos días consiste en culpar a la oposición de las sanciones y de la pobreza que golpea al país.
Para Carrasquero, está claro que las garantías para las elecciones las tiene que poner la oposición con su proceso de auditoría del sistema electoral, sus testigos de mesa el día de los comicios y, sobre todo, generando una movilización alrededor del proceso electoral.
Reitera, además, que la estrategia del régimen para la recta final de la contienda será enrarecer el sistema electoral y tratar de hacer que la gente crea que ellos tienen la victoria.
“Quieren que la gente piense que no importa lo que pase ellos van a fraguar su fraude y que no hay nada que hacer para evitarlo. Ellos siguen actuando en función de la desesperanza de la gente. Pero, al mismo tiempo, las encuestas están demostrando que esa estrategia parece no estar funcionando porque la proyección de participación electoral sigue muy alta y mientras más alta sea, peor le va a ir al régimen”, concluye.