El gobierno de Venezuela, en cabeza de Nicolás Maduro, elevó el listón y puso cinco condiciones para destrabar el diálogo con la oposición en vísperas de la cumbre internacional de este martes en Bogotá en la que participan delegaciones de 19 países y un representante de la Unión Europea.
Una de ellas es la liberación del barranquillero Álex Saab quien enfrenta un juicio en Estados Unidos y a quien el gobierno de Maduro llama “diplomático”.
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Con esta petición, el régimen demuestra la importancia que tiene Saab para sus intereses. De hecho, cuando se produjo la extradición de Saab desde Cabo Verde con dirección a Estados Unidos, el Gobierno suspendió la reunión de la mesa de diálogo en México que protesta por lo que consideró un “secuestro”.
En su momento, el asesor principal de Estados Unidos de Joe Biden para Latinoamérica Juan Gonzales, quien es uno de los invitados hoy a Bogotá, explicó que en su país hay una independencia de los poderes.
Saab fue detenido el 12 de junio de 2020 en el aeropuerto internacional Amílcar Cabral de Cabo Verde. En ese instante, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo señaló de ser el principal testaferro de Nicolás Maduro.
La historia que rodea a este barranquillero que hoy vuelve a ser protagonista por la petición de Caracas tiene tintes cinematográficos. Así, por ejemplo, su arresto se produjo cuando viajaba en un avión privado de matrícula venezolana desde Maiquetía, Caracas a Teherán que aterrizó para recargar combustible y cubría la ruta Irán-Rusia.
En segundo lugar, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, dijo además, que para que vuelva un diálogo con la oposición se debe suspender de manera inmediata la investigación que realiza la Corte Penal Internacional (CPI) contra el régimen de Maduro por crímenes de lesa humanidad.
El tercer punto es el levantamiento de todas las sanciones impuestas a Venezuela. En cuarto lugar, la devolución del dinero y el oro venezolano que está “ilegalmente” retenido en el extranjero y, finalmente, que EE.UU. desbloquee 3.200 millones de dólares de Caracas y deposite ese dinero al fondo de inversión social acordado con la oposición.
Aunque deseó éxito a la conferencia de este martes y al presidente Petro, Maduro condicionó nuevamente el diálogo con la oposición pidiendo no solo el levantamiento de sanciones, sino que se suspenda la investigación en su contra en la Corte Penal Internacional.
”La primera condición es el levantamiento de todas las sanciones ilegales, las medidas coercitivas unilaterales, ilegítimas, ilegales, que desde el año 2015 se han impuesto en contra de Venezuela, casi un número que se acerca a las 1000 sanciones en contra de nuestra economía, de nuestro petróleo”, dijo en el programa de Maduro.
Y agregó: “El dinero de Venezuela que está robado, que está ilegalmente retenido, que está secuestrado, el oro de Venezuela, que está ilegalmente retenido en Inglaterra, los dineros que están en bancos europeos, las utilidades de CITGO tienen que ser devueltas por completo a quien le pertenece, que es al pueblo de Venezuela”.
Se trata de una serie de condiciones complejas porque son directamente hechas a Estados Unidos en momentos en que en ese país se inicia la carrera electoral con la decisión de Biden de aspirar a la reelección.
De hecho, el mandatario demócrata designó a un equipo de primer nivel para viajar a Bogotá. Estarán Juan González, asistente especial del presidente y director principal del Consejo Nacional de Seguridad para el hemisferio occidental; Chris Dodd, asesor presidencial especial para las Américas; y Jon Finer, principal asesor adjunto de Seguridad Nacional del presidente.