(Foto: AFP)
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Redacción EC

Washington. El secretario general de la , , denunció el miércoles un "uso sistemático" de la tortura en  con apoyo de Cuba, y dijo que esto constituye un crimen de lesa humanidad que debe investigarse sin demora.

Almagro dijo que la represión a disidentes en Venezuela se agudizó en los primeros meses de este año, después de que Nicolás Maduro iniciara el 10 de enero un segundo mandato hasta el 2025, desconocido hasta ahora por más de 50 países por considerarlo resultado de elecciones fraudulentas.  






Entre otros abusos, señaló "torturas psicológicas y físicas sádicas", "brutales golpizas", "descargas eléctricas", "asfixias" y "violaciones sexuales", y dijo que las víctimas no son solamente opositores civiles y militares, sino también sus familiares.

Almagro acusó además a Cuba de exportar su "modelo fracasado" a Venezuela y de colaborar en las acciones represivas a cambio del crudo que recibe de Caracas. 

"La dictadura cubana ha acumulado seis décadas perpetrando un sistema fracasado que impide a su pueblo disfrutar de sus derechos políticos, civiles, económicos y sociales. Esto se ha trasladado en su intervención en Venezuela para exportar un modelo fracasado y mantener el flujo de petróleo", dijo Almagro.  

"El régimen cubano organiza cursos de inteligencia para oficiales de inteligencia venezolanos en todo el país", añadió. 

Almagro llamó a la comunidad internacional a no tolerar más esta situación, que consideró contraria a los principios del sistema interamericano por dar respaldo a un gobierno "ilegítimo".

"Hasta hoy la comunidad internacional ha normalizado el régimen cubano y su sistema represivo. No debemos aceptar esa situación ni mucho menos esta flagrante intervención en Venezuela", enfatizó.

Almagro solicitó a fines de mayo a la Corte Penal Internacional (CPI) que abriera una investigación por presuntos crímenes contra la humanidad en Venezuela bajo el régimen de Maduro a partir de febrero del 2014.

- "El desespero de Maduro" -

Ocho casos de asesinatos extrajudiciales de disidentes y 40 nuevos casos de torturas, incluidos a menores de edad, son documentados en el último informe de la ONG Instituto CASLA sobre la comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, presentado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA). 

"La tortura no ha cesado, por el contrario se ha incrementado por el desespero de Maduro, que siente que pierde el control", dijo la directora ejecutiva de CASLA, Tamara Suju, que destacó la actuación de paramilitares armados conocidos como "colectivos" en connivencia con las fuerzas de seguridad.

Suju dijo que la represión de militares críticos del gobierno se ha agudizado en los últimos meses.

El teniente Ronald Dugarte, quien trabajó en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCM) de Venezuela desde agosto del 2018 hasta que desertó el 27 de febrero, dijo vía Skype que hay unos 70 presos en la sede de Boleita, en el norte de Caracas, tanto "políticos" como "secuestrados por no pagar extorsiones". 

Son tratados "como animales", dijo, y describió "atrocidades" como las detalladas antes por Almagro

Dugarte, actualmente en el exilio, dio cuenta del adiestramiento de oficiales cubanos en el 2015 y relató misiones conjuntas de milicias de inteligencia venezolanas y cubanas el año pasado en todo el país, "siempre sembrando odio a cualquier persona que esté en contra del comunismo". 

También mostró videos que dijo haber grabado de manera clandestina entre diciembre y enero, en la que se ve a un prisionero con los ojos vendados y maniatado y a otro que denuncia haber orinado sangre y no recibir atención médica. 

Dugarte dijo que otros militares como él rechazan esta situación, pero no la denuncian públicamente porque "temen que el régimen haga algo en contra de sus familiares".

CASLA ya había denunciado en noviembre pasado en la OEA que víctimas de torturas en Venezuela dijeron haber sido martirizadas por personas con "acento cubano".

Venezuela y Cuba sostienen estrechos lazos desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999. Caracas se convirtió en socio estratégico de La Habana, luego de casi una década de crisis económica en la isla tras la caída de la Unión Soviética. 

Fuente: AFP

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