La noche del lunes, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, pidió al Perú que entregue al ex preso político Vilca Fernández, a quien calificó de “terrorista” por su presunta implicación en el ataque ocurrido el domingo a un puesto militar en la frontera con Brasil.
“Yo pido que se capture bajo las leyes internacionales a este terrorista llamado Vilca Fernández, que en las redes sociales asumió la autoría del ataque al cuartel militar venezolano”, dijo Maduro.
Precisamente el mismo domingo, cuando había poca información sobre el ataque en el que también estuvieron involucrados indígenas pemones, Vilca Fernández publicó un video en redes sociales donde aseguraba que el sargento de la Guardia Nacional Bolivariana Darwin Balaguera era uno de los detenidos y que estaba siendo “torturado vilmente”.
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“Darwin Balaguera es uno de los militares patriotas que se levantó en el mes de febrero en contra de la narcotiranía, cruzó a Cúcuta y se puso a la orden del presidente encargado Juan Guaidó y que hoy junto a una gran cantidad de militares sigue luchando por la libertad de Venezuela. Darwin Balaguera estuvo participando en la madrugada de hoy en el levantamiento que ocurrió en el estado Bolívar junto a los pemones para tomar un parque de armas y seguir luchando contra la narcotiranía… se encuentra con vida en este momento en el destacamento 623 de Roraima y está siendo torturado vilmente”, manifestó Vilca Fernández en el video.
“A Nicolás Maduro le decimos: hoy los militares se levantan, siguen en las calles, hoy los venezolanos siguen batallando, hoy la resistencia cívico-militar sigue en la lucha, y le decimos, no habrá Navidad y no habrá paz para la narcotiranía… hoy les decimos a los venezolanos, hay que luchar, hay que pelear, no dejemos solos a nuestros militares… no hay mesa de diálogo, no hay negociación alguna con Nicolás Maduro… a la comunidad internacional le decimos que seguirán ocurriendo escenarios de resistencia y de lucha, es momento de apoyar la avanzada de la lucha con la fuerza para salir de la tiranía”, concluyó.
El Gobierno de Maduro informó el domingo que un grupo armado “ultraderechista” robó el parque de armas de una instalación militar.
El lunes en la noche, Maduro elevó de seis a once la cifra de capturados y sostuvo que fueron recuperados 111 de los 120 fusiles que fueron robados. Uno de los seis lanzagranadas sustraídos sigue en “manos de los terroristas”, señaló.
Según el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, los lanzacohetes iban a ser usados para “derribar un helicóptero o un avión militar de la Fuerza Armada colombiana o incluso actuar en contra de un avión civil en territorio colombiano para luego decir que se habían utilizado cohetes RPG de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela”.
¿Quién es Vilca Fernández?
Vilca Fernández, de 36 años, es hijo del peruano Jorge Fernández, quien migró a Venezuela en los años 70. Jorge vivió en Mérida, donde tuvo cinco hijos, al tercero lo llamó Vilca.
Vilca participó de manera activa en las masivas protestas del 2014 que fueron convocadas por el líder opositor Leopoldo López. Era dirigente estudiantil.
A inicios del 2016, Vilca estuvo a punto de ser capturado. Días después, Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del régimen de Maduro, dijo en televisión nacional que si los policías de Mérida no eran capaces de detenerlo, lo haría él mismo. Vilca respondió con un tuit: “Tienes muchas cuentas pendientes con la justicia. No te tengo miedo”. Era el 31 de enero. Pocas horas después, fue apresado.
Estuvo en la cárcel el Helicoide, en Caracas, una de las más temidas por los presos políticos. En este lugar, Vilca fue sometido a torturas psicológicas.
Sobre la reclusión de su hijo en el Helicoide, Jorge le dijo a El Comercio en febrero del 2017 que “No gozan de agua ni electricidad, él está sufriendo de hipertensión, problemas gástricos, han debido trasladarlo al hospital por situaciones de ahogo. Todo es debido a las condiciones en las que se encuentra. La situación se ha ido haciendo insostenible, durante este tiempo me he reunido con el señor. Rodríguez Zapatero, formé parte de la comisión de familiares de presos políticos, me reuní con el enviado del Vaticano, con la Conferencia Episcopal, hemos incluido hasta a organismos internacionales. Finalmente, recurrí a la embajada del Perú, me prestaron un gran apoyo, han diligenciado pero la situación en Venezuela”.
Sobre el trato a su hijo, manifestó que “las presiones psicológicas tienen que ver, por ejemplo, con que no ven el sol muchas veces. Ellos están encarcelados en un sótano, no saben cuándo amanece y cuando anochece. Hay que estar una semana ahí para entenderlo, no se lo deseo a nadie. Hubo un caso en el que sacaron a un reo para operarlo en el hospital y cuando vio las estrellas, la Luna, se le salían las lágrimas. Él tenía más de dos años en El Helicoide. Otra situación son las requisas a medianoche”.
Vilca Fernández fue excarcelado en el 2018 durante una etapa de diálogos políticos entre el Gobierno y un sector de la oposición.
La oposición lo consideraba un “preso político”. Al ser liberado, fue embarcado en un vuelo que lo trajo al Perú, en medio de las denuncias de “destierro” de la oposición.
“Estoy en un avión que se dirige a la hermana república del Perú que me ha dado cobijo, república de la cual es oriundo mi padre y a la cual le agradezco muchísimo a su gobierno y a todo el cuerpo diplomático del Perú por todos los esfuerzos realizados para que yo pudiera salir de los calabozos de la dictadura”, dijo aquella vez Vilca Fernández al diario “El Nacional”.
“A los venezolanos les digo que me voy con el corazón arrugado porque me voy de la patria que me expulsan de la patria que me vio nacer y por la que he luchado y he estado dispuesto a morir”, afirmó.
Vilca llegó al Perú junto a su padre el 15 de junio del 2018.
“No hay nada peor para un preso político que el olvido”, dijo Vilca a El Comercio en junio de este año, cuando se cumplió un año de su destierro.
También contó que se dedicaba a vender hamburguesas en el distrito de San Juan de Miraflores.
Manifestó que mantenía su activismo político por redes sociales y apoyando a lo que él llama “la resistencia” contra el régimen.
En febrero de este año, se le vio en Cúcuta, Colombia, cuando el líder opositor Juan Guaidó intentó de manera infructuosa introducir toneladas de ayuda humanitaria hacia Venezuela.