Hanoi. Dos chicas jóvenes salen de una peluquería corriendo hacia un carro fletado por una brigada "antisecuestros", que intenta repatriar a las miles de jóvenes vietnamitas casadas a la fuerza o obligadas a prostituirse en China.
Grabada por un miembro de la pequeña ONG vietnamita Blue Dragon, la escena ocurre en una ciudad china, en la frontera con Vietnam. Las dos adolescentes vietnamitas trabajaban allí como esclavas sexuales en un burdel y lograron esquivar la vigilancia de los guardias para alcanzar a sus rescatadores.
Los miembros de Blue Dragon, una ONG establecida en Hanoi, capital vietnamita, saben que asumen riesgos. Por ello, mantienen su dirección en secreto.
Pues, además de la venganza de los maridos, el tráfico de "prometidas" vietnamitas es un mercado que genera decenas de millones de euros. "Nadie quiere ver su 'business' arruinado", explica a la AFP en Hanoi un miembro de la organización, que pide el anonimato.
El mercado chino busca desesperadamente a potenciales "prometidas", que encuentran en varios países del sureste asiático, para suplir el déficit de mujeres que dejó la política del hijo único.
--400 rescatadas--
Desde el 2007, Blue Dragon ha conseguido que unas 400 mujeres escapen a la esclavitud sexual o de los matrimonios a los que fueron forzadas en China. Una gota de agua en un océano.
Según estimaciones, cientos de miles de mujeres sin recursos de Vietnam, Camboya, Birmania o Laos son víctimas de los traficantes, que les prometieron una vida mejor en China pero que acabaron raptándolas.
Pese a la magnitud y la dificultad de la tarea, "Dragón azul", que se financia con donaciones privadas, no pierde la esperanza. "Imagine que su hija no vuelve a casa a la hora de cenar. ¿Qué haría usted?", añade el mismo activista.
El trabajo de la asociación se da a conocer por el boca a oreja en los pueblos empobrecidos de Vietnam afectados por ese fenómeno, en el norte, fronterizo con China. Pero no solo allí.
Los familiares, desesperados, llaman a la asociación y piden ayuda para localizar a las adolescentes desaparecidas.
Y hay veces en que son las propias víctimas las que contactan con la asociación desde China, enviando mensajes por la aplicación móvil WeChat o llamando, cuando consiguen echar mano de su teléfono.
"Me secuestraron por traficantes en China. Ayúdenme", dice una en un mensaje consultado por la AFP. "Rezo para que se produzca un milagro", dice otra.
En cuanto encuentran a una joven, empieza el largo trabajo de investigación por parte de la ONG, que puede llevar años.
Una de ellas, destinada a un matrimonio forzoso, fingió estar enferma para que la ingresaran en un hospital. Desde allí, pudo llamar a Blue Dragon, que organizó su evacuación desde China.
Otra, hecha prisionera en una casa de alterne, logró contactar con la ONG robándole el celular a uno de sus clientes.
--Justicia--
Blue Dragon ha conseguido realizar hasta ocho misiones de rescate mensuales, pero recibe decenas de llamadas desesperadas al mismo tiempo.
"Si no conseguimos sacarlas de eso, están atrapadas, reducidas a la esclavitud", explica, determinado, el australiano Michael Brosowski, fundador de Blue Dragon.
Su ONG, la única que hace ese tipo de trabajo en Vietnam, creó una casa de acogida para las jóvenes que no tengan adonde ir a su vuelta.
Blue Dragon también intenta que se procese a los traficantes de seres humanos, un crimen que en Vietnam puede castigarse con hasta veinte años de cárcel.
En los últimos cinco años, la ONG consiguió llevar ante la justicia vietnamita a 76 de ellos, incluyendo al novio de Trang, la joven que escapó de una peluquería y que fue filmada por la organización.
Su ex novio fue condenado a siete años de prisión.
Fuente: AFP