Lograr una experiencia memorable en los colaboradores está asociado a las posibilidades de aprendizaje, desarrollo y contribución efectiva. Por eso, las organizaciones están invirtiendo más en capacitación (56%), mejorando los espacios de trabajo (51%) y aumentando las recompensas (47%) para mejorar la experiencia de sus empleados.
Se espera que los ‘millennials’ formen el 72% de la fuerza laboral mundial para el año 2025. La fuerza transformadora de las nuevas generaciones se expresa en la renovación de competencias y modalidades de aprendizaje, siendo la académica una de ellas, complementada con sistemas de aprendizaje ‘experiencial’, ‘feedback’, ‘coaching’ y mentoría. La necesidad de fortalecer las competencias blandas y el liderazgo personal supone, además, la oportunidad de apoyar a los colaboradores a abordar los desafíos personales, mediante la capacitación y la tutoría.
Nuevas competencias blandas se vuelven más prevalentes en el mercado, por ejemplo, la resiliencia y un enfoque en preparar a la fuerza laboral para ser internacionalmente móvil.
Las empresas están cada vez más interesadas en preparar líderes integrales, que puedan sostener conversaciones específicas y efectivas con los clientes y que, a la vez, puedan establecer relaciones personales de calidad con sus equipos, con lo que se genera entornos de confianza y pertenencia.
La capacitación y la comunicación desempeñan papeles claves en el fortalecimiento de la cultura de la empresa, especialmente en los procesos de modelamiento, en los que es requerido desaprender e incorporar nuevos aprendizajes alineados al To Be o a la situación estratégicamente deseada.
En relación a la modalidad de aprendizaje, los programas ‘blend’ ofrecen la flexibilidad de atenderlos desde distintos lugares y horarios y encajan perfectamente con una agenda no solo laboral sino personal. Los colaboradores, además, no solo están interesados en llevar cursos técnicos sino que, muchas veces, buscan desarrollar otras habilidades asociadas a otros tipos de inteligencia, como la artística, de movimiento, interpersonal o espiritual. Es una buena práctica asegurar conexión entre la inversión en capacitación y el propósito de la organización respecto a sus colaboradores.
Decimos que la capacitación es un ‘win-win’ porque es una forma integral en la que la organización motiva y especializa a su personal en las competencias que requiere para llevar a cabo su trabajo de manera exitosa, del mismo modo que los mantiene motivados y orgullosos de pertenecer a una empresa que apuesta e invierte en su personal. Asimismo, es un plus para los colaboradores que reciben este incentivo, ya sea para mejorar sus habilidades técnicas, especializadas, habilidades blandas, idiomas y aquellos cursos de capacitación que los ayuda a mejorar su experiencia profesional.
[Pilar Quinteros es gerenta senior de Consultoría en EY Perú]