A la luz de esta emboscada esta mañana en la que fueron asesinados siete policías en centro poblado Natividad, en el distrito de Pichari, Vraem, podemos decir que la Operación Patriota realizada el 2022 fue muy importante, pero que aún falta mucho por hacer para derrotar al narcoterrorismo.
Esta acción criminal no guarda ninguna relación con la crisis política que también está cobrando la vida de decenas de peruanos. Tampoco está en la lógica del Movadef.
Lo dijimos ‘n’ veces: el problema del VRAEM es el narcotráfico. Me preocupa que después de 50 años de combate seguimos cometiendo errores de manual. Es muy importante saber si la presencia de la unidad policial tenía una orden de operaciones. No podemos dar ninguna ventaja que faciliten las emboscadas narcoterroristas, especialmente en una de las tantas rutas usadas habitualmente en el trasiego de cocaína. Es mejor mantener la línea de mando y los objetivos institucionales bien definidos antes que golpearse el pecho y repetir frases consabidas, eso no va a calmar el dolor y la tragedia de los familiares de nuestros policías caídos.
La mejor manera de honrarlos es asumiendo la decisión política de enfrentar al narcotráfico con estrategias integrales (desarrollo, interdicción y erradicación) y despercudiendo a Devida de esa copia mal hecha del modelo boliviano llamado «pacto social ciudadano».