Se han cumplido los primeros 100 días de la gestión del alcalde Luis Castañeda. Es muy poco tiempo para evaluar una gestión pero podemos dar una opinión de nuestras primeras impresiones. Empecemos por lo positivo.
La oportuna presencia del Alcalde durante la emergencia en Chosica o inspeccionado personalmente las obras de la Costa Verde se ve bien. La gente quiere a su Alcalde cerca de los problemas. Los anuncios de chatarreo de vehículos antiguos, semaforización o de efectivas sanciones para empresas de transporte público que no cumplan las normas son también adecuados. Las propias obras del bypass que se plantea en la avenida 28 de Julio pueden ser positivas si se superan los cuestionamientos técnicos, legales y financieros que hoy se hacen.
¿Qué ha sido lo negativo? Considero que se perdieron 90 días valiosos en el período de transferencia. Secuelas del calor de la campaña y resentimientos mutuos hicieron que Susana Villarán y Luis Castañeda no hablaran. ¿La consecuencia? Una transferencia sólo legal pero sin la información adecuada y sin el correspondiente intercambio de experiencias para beneficio de los ciudadanos. Se despidieron cientos de trabajadores y, a los pocos días, se volvieron a contratar a muchos de ellos porque realizaban acciones operativas claves. Eso no hubiera pasado con una buena transferencia.
Ya en lo que se refiere a los primeros actos de la gestión de la nueva administración el balance hasta ahora no es muy propicio. Se emitió una ordenanza en la que prácticamente se eliminan varios de los corredores complementarios de transporte. Si estos tenían deficiencias operativas -yo mismo lo dije en la campaña- había que mejorarlos pero no desaparecerlos. La sensación de retroceso es muy negativa. Lo peor en este punto: no parece que esté claro para Castañeda que se necesita un sistema integral de transporte rápido y masivo.
En el tema cultural los pasos dados han sido nefastos. En lugar de sumar y promover nuestra diversidad, da la impresión que lo que se quiere es dejar sin efecto todo lo realizado por la administración anterior. El tema del pintado de los murales fue un error que creó innecesarios conflictos.
El Alcalde Castañeda no quiere tomar en cuenta lo señalado en el PLAM 2035. Me parece otro error. Modifíquelo, mejórelo, pero de ninguna manera ignórelo. En el caso del bypass de 28 de Julio preocupa que no se haya hecho concurso público alguno y que se pretenda utilizar forzadamente recursos financieros de otra concesión (Vía Parque Rímac) y que se deje de hacer otra obra importante (Río Verde), “desvistiendo un santo para vestir a otro”.
Hay US$ 1,500 millones en inversión privada ya comprometida en concesiones para construir infraestructura en la ciudad que al Alcalde parece no interesarle mucho.
Lo que se ve hasta ahora es mucha improvisación, falta de un plan estratégico para Lima y ausencia de propuestas técnicas. Eso ya se apreciaba en la campaña pero en estos meses se ha debido superar el problema. Hay también sensación de revancha y falta de políticas de Estado. Hay que pensar en Lima y en los limeños. El Alcalde está a tiempo de rectificar. Esperemos que lo haga.