La reforma del SPP ha probado ser un absoluto desastre. La cereza que corona este pastel es la contribución obligatoria de los ingresos de los independientes. Y no es una exageración llamarla confiscación porque si usted le quita una parte de su remuneración a alguien, so pretexto de un ahorro, y no le dice cuál es la pensión que construirá con lo que aporta, entonces ¿para qué se la quita? No olvidemos que en el caso de los dependientes existen pensiones de jubilación de 20 soles mensuales. Menos que Pensión 65.
El principio de la obligatoriedad de los aportes de los independientes a una AFP, patrocinado por el MEF y la SBS, es que estos son unos tullidos mentales, seres humanos irresponsables, máquinas frenéticas de gastar, compradores compulsivos irrefrenables, que deben ser salvados por “papá gobierno” –a pesar de que no lo solicitan– que generoso los obliga a ahorrar, preocupado por su vejez. A propósito, ¿dónde estaba “papá gobierno” cuando estos mismos independientes no conseguían trabajo?
Por otro lado, ahora que la economía se enfría, habrá menos dependientes y más independientes. ¿Cuántos puestos de trabajo se dejan de crear por causa de la desaceleración? En el cuadro 72 de la nota semanal del BCR se ve la destrucción de empleo en empresas de diez y más trabajadores. A estos nuevos independientes, que en esta coyuntura tienen menos probabilidad de encontrar un empleo o una fuente de trabajo, ¿les recortas los ingresos irregulares que tanto les cuesta obtener? ¿Golpe al consumo?
En definitiva, lo que se busca con los aportes de los independientes es financiamiento gratis para las empresas tanqueadas por las AFP, billete a costo cero a perpetuidad. Desde que volví al Parlamento en el año 2006, observé que el objetivo de este inmenso lobby, que compra técnicos bajo la forma de consultorías, era precisamente el dinero de los independientes.
¿Saben los independientes qué son las pensiones de sobrevivencia? Es decir, ¿saben que una gran parte de lo que van a ahorrar no lo van a consumir en vida? ¿Están al corriente de que en el Perú además del consumo presente y futuro, existe el consumo después de su muerte? No es broma. Aquí otra vez “papá gobierno” decidió que una fracción desconocida de lo ahorrado tiene que financiar pensiones para nuestros familiares aunque estos no existan después que nos llame el Señor a su regazo, razón por la cual nuestras pensiones son menores. ¿Explicación? No la hay, aunque en otros países sí lo explican.
En resumen, los independientes van a ahorrar no solo para ellos, sino también para otros, bajo la forma de pensiones de sobrevivencia. A ellos les tocará únicamente unas diminutas pensiones de jubilación, cuya magnitud exacta no podrán conocer, en el mejor de los casos, hasta dentro de 25 años. Cuando entonces intenten retirar su fondo completo no podrán hacerlo. Sin embargo, todos los años deberán pagar Impuesto a la Renta sobre los aportes que ahora ahorrarán y no consumirán, y todos los meses podrán ver en sus recibos por honorarios como, entre comisiones y primas de seguros, la relación beneficio-costo del servicio que reciben es calamitosa. Además de pagar comisiones hasta del 83%. Una verdadera usura. Por eso es que el presidente de la Asociación de AFP, quien es un buen economista, no está afiliado a ninguna AFP. ¿Habrá que obligarlo?