Alimentos, niños y salud, por Ernesto Bustamante
Alimentos, niños y salud, por Ernesto Bustamante
Ernesto Bustamante

Combatir la obesidad en niños y adolescentes (de 6 meses a 16 años) es el propósito de la . Ella dispone regular la publicidad de los alimentos –aunque solo los procesados industrialmente– cuando excedan parámetros de contenido de azúcar, grasas saturadas y sal. Se basó en un taller de dos días de especialistas en defensa del consumidor, financiado por la , entre cuyos miembros estuvo precisamente el congresista promotor de la norma.

La ley fue promulgada en mayo del 2013, pero su enfoque politizado y poco científico ha impedido su reglamentación. Por ello, infortunadamente, aún no funciona. Existen dos proyectos en el Congreso para introducir importantes mejoras a la norma que la harían técnica e inclusiva y permitirían su pronta reglamentación para poner en marcha la lucha por una mejor alimentación para nuestra niñez.

Los proyectos modificatorios proponen combatir la obesidad cuidando que no se incremente, como efecto no deseado, la anemia infantil y la desnutrición crónica. Hay regiones del Perú donde la obesidad infantil es casi inexistente mientras la desnutrición crónica y la anemia afligen al 80% de los niños.

Los niveles de los parámetros técnicos especificados desde la Ley 30021 deben ser necesariamente modificados. Los niveles de azúcar y grasas que usa se basan en una lectura errónea de lo que fue propuesto por el propio grupo financiado por la OPS, convirtiendo niveles “bajos” en “altos”. Esto hace a esta norma potencialmente capaz de dañar la salud infantil.

Tal cual está hoy, la Ley 30021 no es apropiada. No toma en cuenta que las necesidades de nutrientes son sumamente diferentes para niños de 6 meses, de 5 años, púberes y adolescentes. Los niños necesitan grasas para crecer, fabricar hormonas, desarrollar masa muscular, generar masa cerebral, etc. Es importante destacar que las neuronas y los glóbulos rojos son células que obtienen su energía exclusivamente de la glucosa, de ninguna otra molécula.

Restringir drásticamente y a rajatabla la ingesta de carbohidratos y grasas en niños de diferentes edades puede ser muy peligroso. Si los niveles de glucosa provenientes de la dieta son insuficientes, el cuerpo compensa esta deficiencia activando la síntesis de glucosa a partir de los aminoácidos de las proteínas (gluconeogénesis). Además, ante una pobre ingesta de grasas, el cuerpo compensa ‘quemando’ aminoácidos para dar energía a los músculos de niños activos. Es decir, se malgastarían aminoácidos para producir energía en lugar de fabricar proteínas y crecer. 

Esto sería quizá interesante para adultos que deseen bajar de peso, pero muy malo para niños que por razones sociales o económicas tengan dietas escasas en proteínas de calidad. Por intentar ineficientemente reducir la obesidad mediante un enfoque simplista basado en limitar publicidad de alimentos con azúcares y grasas, podríamos agravar los ya dramáticos niveles de anemia y desnutrición en nuestra niñez.

En el Perú hay niveles incipientes de obesidad. No obstante, la mayoría de nuestra población infantil es desnutrida y tiene altos índices de anemia. No es prudente que una ley de alimentación saludable se aplique en el Perú pensando en los niños de Suiza.