Más allá del turismo arqueológico, por Jorge Torres-Zorrilla
Más allá del turismo arqueológico, por Jorge Torres-Zorrilla

JORGE TORRES-ZORRILLA
Centrum Católica

Es cierto que el turismo receptivo, o turismo de extranjeros hacia el Perú, ha venido creciendo a un significativo alto ritmo en el período reciente 2000-2014. Sin embargo, en términos absolutos, el turismo receptivo en los países vecinos es, en la actualidad, igual o superior que en el Perú.

Así, Ecuador tiene 3 millones anuales de turistas extranjeros, Colombia ya superó la meta de 4 millones de turistas anuales y Chile recibió 3,2 millones de visitantes en el 2014. Una probable explicación es que Ecuador tiene sus islas Galápagos, Colombia tiene su isla de San Andrés como foco turístico, y Chile tiene su Isla de Pascua. Parece que a nosotros nos falta una isla turística.

Esta situación se da a pesar de los grandes atractivos arqueológicos que tiene el Perú, como por ejemplo Machu Picchu, Sipán, Chan Chan, Chavín de Huántar, las Líneas de Nasca, Kuélap o Caral. Al respecto, puede ver el reciente artículo “Un motor sin aprovechar” de Juan Arroyo.

Tal vez la solución para el turismo receptivo peruano está en complementar el con un turismo de aventura y de relax en playas tropicales. Tal vez lo que se requiera es una isla que pueda competir con las del Caribe.

Al respecto, les presentamos una modesta propuesta que consiste en poner en valor las antiguas islas guaneras del Perú. En particular, Lobos de Tierra es un conjunto de islas situadas frente a las costas de la región Piura en el norte peruano.

El archipiélago Lobos de Tierra puede convertirse en un parque ecológico, que respete su realidad actual como refugio de aves guaneras y lobos marinos, pero que se convierta en un hábitat de muchas especies, incluyendo tortugas similares a las tortugas galápagos por ejemplo.

Lobos de Tierra puede unir sus islas para convertirse en una gran y única isla. Esto se puede alcanzar enlazando las pequeñas islas con puentes naturales o artificiales, similares a los que unen los archipiélagos en el Mar de China o en Dinamarca.

El proyecto se complementaría con un gran hotel tipo Decameron construido justamente al frente de la nueva isla Lobos de Tierra. Los turistas alojados en este hotel pueden combinar su estancia en una playa paradisíaca con visitas al parque ecológico Lobos de Tierra, vía un circuito turístico que les enseñe las riquezas naturales peruanas. Complementen esto con museos de historia natural, y sí, con museos arqueológicos, tendremos un atractivo turístico que puede funcionar 365 días al año, dado el clima tropical que existe a los cinco grados de latitud sur en que se ubican las islas Lobos de Tierra.

Muchos se preguntarán con qué recursos de capital se puede desarrollar el proyecto propuesto. Definitivamente no sería con recursos públicos a ser invertidos por un gobierno regional. Aquí se debe hacer uso de esquemas de alianzas público-privadas que tanto éxito han tenido en muchas experiencias internacionales.

El financiamiento de este proyecto turístico sería viable a través de un consorcio chino o coreano, al amparo de los tratados de libre comercio entre el Perú y esos países. Este proyecto permitirá ofrecer a los habitantes de esas naciones asiáticas, y también a norteamericanos y europeos, un lugar donde gozar de vacaciones tropicales, durante los gélidos inviernos del hemisferio norte, a precios competitivos.