Cuando llegué al Perú como embajadora británica en el 2018, tenía claro que quería promover la igualdad de género y el empoderamiento de las niñas y mujeres. No solo porque es un tema prioritario para el Gobierno Británico en general, sino por una convicción personal. Varios casos de extrema violencia habían puesto mi foco sobre esta problemática en el Perú, incluyendo el preocupante número de feminicidios y el hecho de que el 60% de las mujeres peruanas había sufrido alguna forma de violencia.
En mis años aquí he visto cómo a pesar de la compleja situación política los gobiernos han intentado hacerle frente a esta realidad escalofriante. Urge seguir fortaleciendo la atención a las víctimas de violencia y llevar a los perpetradores ante la justicia. Asimismo, me parece que el fortalecido enfoque en la prevención de la violencia de los últimos años es el camino correcto. Las políticas nacionales de prevención de la violencia y de igualdad de género, así como la creación de un sistema de cuidados son clave en este sentido. Son políticas de Estado que forjarán un cambio de paradigma que llevará a que más niñas y mujeres peruanas en su diversidad puedan ejercer sus derechos y aprovechar todo su potencial de la misma manera que los niños y hombres. El impulso a un desarrollo realmente sostenible no puede negarle los mismos derechos humanos ni las mismas oportunidades a la mitad de su población.
El enfoque preventivo se vuelve más importante en el contexto de recuperación de la pandemia por el COVID-19. Durante la cuarentena se incrementaron las llamadas de emergencia a la Línea 100, los casos de discriminación contra mujeres trans y el número de niñas y mujeres desparecidas. Las brechas en educación y participación económica se ampliaron. Estos retrocesos tienen un impacto negativo no solo en el desarrollo personal y profesional de las niñas y mujeres, sino también para la generación de valor de un país. La evidencia muestra que los países con mayor equidad de género son los más prósperos. Preocupa que algunas iniciativas legislativas buscarían eliminar el enfoque de género, ya que este es la base para la prevención de violencia.
Para seguir avanzando hacia una sociedad más justa y equitativa, hay entonces mucho por hacer. Las llamadas “Agendas por la Igualdad”, elaboradas en el proceso electoral del 2021, son un buen punto de partida tanto para el actual Gobierno en todos sus niveles y el Congreso como para las futuras autoridades provinciales y locales. Cuentan con el respaldo de la sociedad civil peruana, así como la comunidad internacional y organismos multilaterales aquí.
Varios proyectos de la embajada británica han contribuido al cumplimiento de estas agendas. Hemos buscado eliminar estereotipos de género dañinos y fomentar una mayor participación femenina en política y en actividades económicas –sin violencia ni discriminación–. Seguiremos comprometidos con la agenda de igualdad de género. Como parte de ese compromiso, en el próximo mes de junio el Reino Unido será anfitrión de la primera conferencia mundial LGBT+ llamada #SafeToBeMe. Esta conferencia impulsará medidas concretas que promuevan los derechos de las personas LGBT+ globalmente. La embajada británica en Lima reflejará los objetivos de la conferencia en su trabajo.
En pocos días dejo el cargo de embajadora británica en el Perú. Mi esperanza es que –en un futuro no tan lejano– pueda volver y encontrar a una sociedad peruana que haya tenido como base para su recuperación económica y crecimiento sostenible la unión de actores y esfuerzos en búsqueda de una mayor igualdad de oportunidades para todas las personas del país.
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