"Nuestro gran desafío es ejercitarnos en un diálogo respetuoso, sincero, tolerante y decidido para actuar articuladamente". (Ilustración: Giovanni Tazza)
"Nuestro gran desafío es ejercitarnos en un diálogo respetuoso, sincero, tolerante y decidido para actuar articuladamente". (Ilustración: Giovanni Tazza)

El grito de libertad e independencia fue extendiéndose en el Perú en los inicios del siglo XIX. Jorge Basadre hace una precisión importante en este contexto: “En la Independencia nace el Estado, no el Perú”. Por tanto, es necesario recordar y tener presente nuestras raíces y especialmente los valores que se vivían en la sociedad previa a la Independencia.

¿Qué futuro nos espera como familia peruana? Un hecho significativo de nuestros antepasados son las normas esenciales que orientaban el pensamiento y la conducta de las personas. La propuesta ética del Imperio Incaico resume muy bien los principios y valores que movilizan a las personas a una acción concertada y eficaz. En términos positivos podríamos decir hoy para nuestro Perú: Sé honesto, veraz, trabajador, justo, fraterno, tolerante, amable y solidario. Solo así renovaremos la confianza en los otros para hacer de la sociedad peruana un “nosotros”.

Aprender de la historia, maestra de la vida. En los inicios de la república, el sueño de unidad, libertad e independencia fue desdibujándose paulatinamente. Con el paso de los años aparecieron signos de corrupción y de aprovechamiento político, olvidándose de los pobres y de aquellas comunidades amazónicas, andinas y periféricas de nuestras ciudades como sucede hasta hoy.

Una enseñanza clara y efectiva. La cultura del encuentro nos hermana en el respeto a los otros y en la participación de propuestas en beneficio del bien común. De esta manera trabajaremos juntos por el desarrollo humano integral de todas las personas, con énfasis en los pobres y excluidos de nuestra sociedad.

Educación en principios y valores. Los principios nos hablan de unas normas o ideas fundamentales que orientan el pensamiento y la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida. Estamos hablando, por tanto, de la ética tan necesaria para la vida en sociedad.

El papa Francisco nos dice: “La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus inequidades, sus desviaciones, los abusos de los poderes económicos, tecnológicos, políticos o mediáticos” (Fratelli Tutti - FT- 167).

Recuperar la esencia de la política. En el Perú experimentamos un desánimo generalizado por la crisis sanitaria, política y económica. Crece la desconfianza en las personas e instituciones. Muy actuales para nosotros las palabras del papa Francisco: “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo” (FT 178).

Una iniciativa emergente y sostenible: Resucita Perú Ahora (RPA). Las comunidades de fe, las universidades, la política, los profesionales, el empresariado, las organizaciones sociales, públicas y privadas, los educadores, los jóvenes unen sus voluntades para enfrentar con eficacia y prontitud el COVID-19 y otras pandemias sociales como son el individualismo, discriminación, corrupción, que destruyen el tejido social de la sociedad peruana.

Mediante el diálogo y amistad social. Nuestro gran desafío es ejercitarnos en un diálogo respetuoso, sincero, tolerante y decidido para actuar articuladamente. Este diálogo social es un proceso de “acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo “dialogar” (FT 198).

El diálogo entre la fe y la ciencia complementan y fortalecen la acción solidaria. El proceso de Resucita Perú Ahora es inclusivo, interreligioso y solidario para una verdadera transformación del Perú.

Renacer de la esperanza. La fe es la confianza de lograr juntos nuestros sueños, nos moviliza y fortalece en medio de las adversidades con la esperanza que expresa la audacia de los que sueñan y construyen juntos una vida más grata y digna.

Caminemos juntos reforzando la unidad en la diversidad de nuestro Perú porque “los héroes del futuro serán los que sepan romper esa lógica enfermiza y decidan sostener con respeto una palabra cargada de verdad, más allá de las conveniencias personales. Dios quiera que esos héroes se estén gestando silenciosamente en el corazón de nuestra sociedad” (FT 202).

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