Mariana Alegre

No es novedad que nuestras son peligrosas. Crecemos y vivimos sabiendo que es necesario mirar a ambos lados al cruzar aun cuando la vía sea en una sola dirección, ya que podría venir un auto en sentido contrario. Los semáforos no se pueden cruzar sin que pasen unos segundos para asegurarse de que una unidad no va a acelerar. Los cruces peatonales no representan un espacio seguro, siempre el carro o la moto intentará pasar primero. Es el día a día al que nos obligaron a acostumbrarnos y a generar esta idea de que las están hechas para un solo actor: los vehículos.

La tasa de motorización es más alta en y el Callao que en el resto del Perú, con el 66% de vehículos del parque automotor que se ubican en estas ciudades (Ministerio de Transportes y Comunicaciones, 2019). Además, representa el número más alto de siniestros viales con 29.185 al 2020 (Policía Nacional del Perú). Según la información oficial, las principales causas son la imprudencia del conductor, el exceso de velocidad y la ebriedad del conductor. Además, las dos primeras mencionadas llegaron a sumar el equivalente a la mitad de los hechos registrados. Así, hay un gran peso de las causas en quienes son conductores de unidades motorizadas. Sin embargo, hay un aspecto que no es tomado en cuenta al momento de registrar los siniestros: el diseño vial adecuado.

Para empezar, es necesario incorporar un diseño a escala humana e inclusiva. Esto es, pensar en las necesidades de las personas, brindarles la prioridad y considerar las necesidades y usos de las poblaciones más vulnerables: mujeres, niños, personas con discapacidad y adultos mayores.

En segundo lugar, es necesario reducir la velocidad. Ya lo hemos visto: esta es la segunda causa de siniestros en las vías. Hacer el tránsito más pacífico no implica alargar los viajes. Requerimos fluidez, no velocidad. Ello se consigue con una gestión adecuada del tránsito.

Por último, hay que implementar las medidas basándose en evidencia, lo que también implica generar mejor información. Los datos sobre siniestralidad deben tener mayor detalle, estar integrados con otros sistemas como el de salud, aprovechar el uso de ‘big data’ y otros mecanismos que permitan tener detalles específicos para atender las causalidades puntuales.

Un factor relevante para atender la mejora de la seguridad vial es la articulación entre actores. Hay también un factor humano y social donde la sociedad civil en coordinación con la empresa privada puede generar procesos de cambio conjunto.

Un ejemplo de las prácticas positivas desde el sector privado es el desarrollado por CBC y Ransa. Ellos impulsan el programa “Profesionales al Volante” que posee en su componente de sostenibilidad un foco en los conductores que trabajan en la logística urbana. Como parte de esta iniciativa, en setiembre y octubre del 2021, junto a Lima Cómo Vamos, se desarrollaron sesiones de capacitación con el fin de que ellos conozcan el concepto y las características de una ciudad humana donde las personas son la prioridad frente a los modos motorizados de transporte, su rol como parte del sistema de logística urbana y buenos hábitos de conducción.

Uno de los elementos a destacar fue la asignación de roles a los conductores para comprender las percepciones de los usuarios vulnerables. Así, en los talleres tuvieron que ponerse en el lugar de peatones, ciclistas, personas con discapacidad, entre otros.

Lo que valoramos de este trabajo conjunto es que les damos las herramientas necesarias para que la empresa continúe sensibilizando a otros conductores. En ese sentido, Ransa, con base en nuestros materiales, ha potenciado e incluso ha desarrollado campañas de comunicación de manera interna que serán replicadas durante el año.

Programas como este son significativos, pues la logística urbana y el tránsito de vehículos de carga tienen un efecto en el diseño de las calles. Es necesario que estos se consideren en los procesos de planificación de áreas urbanas y metropolitanas. Que el privado tome la oportunidad de impulsar cambios como una forma de escalar las acciones en otros sectores.

Mariana Alegre Directora Ejecutiva en Lima Cómo Vamos