El Perú en su hora decisiva

Jorge Montoya

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Una denuncia al filo de la politización

Ruth Luque

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“La ciudadanía debe estar segura de que el Congreso cumplirá cabalmente con preservar la democracia”.

Hemos concluido el primer año de en una situación crítica para nuestro país. Empezamos con el nombramiento de un Gabinete que fue calificado como impresentable. Se pidió el relevo de varios ministros del Gabinete por no poseer currículums, sino más bien por cargar con prontuarios. Ese primer Gabinete marcó una línea de conducta política negativa por parte del Ejecutivo que se ha mantenido hasta el día de hoy, nombrando a personas no idóneas como ministros.

Durante este período pudimos apreciar negligencia del Ejecutivo en el manejo de los conflictos mineros, permitiendo que estos evolucionen sin intervenir, produciéndose afectaciones económicas al sector y a las comunidades involucradas. Por otro lado, tenemos a la educación y la salud a la deriva, sin concretar ninguna obra de infraestructura, necesarias para satisfacer demandas de nuestra población.

El desempeño del aún presidente y su Gabinete de estrecha base durante este período es angustiante. Han permitido y dirigido una presunta organización criminal destinada aparentemente a desfalcar al Estado, integrada por familiares, amigos, paisanos y funcionarios, que son ubicados en puestos para servir a sus propósitos.

La Fiscalía de la Nación nos ha presentado un diagnóstico con fundamentos de la realidad en la que nos encontramos, donde se aprecia la total carencia de principios, valores éticos y morales, ausentes en el Ejecutivo. Las decisiones desde el inicio de su gobierno no se han encontrado basadas en las necesidades del pueblo, sino en sus propios intereses de enriquecimiento ilícito.

Graficando las presunciones de delitos presentadas por la fiscalía podríamos decir que es como si una banda de asaltantes hubiera tomado las riendas del gobierno con la finalidad de enriquecerse burlándose de la justicia y del pueblo que los “eligió”.

La fiscalía ha entregado al una denuncia constitucional contra el presidente que nos permite entender la clase de organización criminal creada y los involucrados en ella. Con esta denuncia, la fiscalía requiere que el Congreso le dé la autorización para continuar con las investigaciones al mandatario y sus ministros de Estado, la que, estén seguros, vamos a respaldar al terminar con los procedimientos de ley que se tienen que cumplir.

Es preciso aclarar que con todos los argumentos podemos actuar a la brevedad con promover una vacancia por incapacidad moral permanente, que vendría a ser el camino constitucional más seguro y rápido con el que contamos actualmente.

La ciudadanía debe estar segura de que el Congreso cumplirá cabalmente con preservar la democracia y luchar contra la corrupción utilizando todos los medios y herramientas que la Constitución y las leyes nos proporcionan.