La teoría del caos

Ornella Palumbo

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Entre el ego y el poder

Peter Arévalo

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“Cambiar las condiciones del juego de un momento a otro, sin posibilidad de planificar una transición, no habla de la búsqueda del bien común”.

Aplicada en ciencias como la economía y la biología, esta teoría estipula que en determinados sistemas complejos es imposible predecir el futuro. Una pequeña variación puede dar lugar a un escenario impensado. Como una hoja volando al viento: nadie sabe a dónde irá a parar. Así están las cosas con la , que terminó su tercera fecha (en realidad, la primera) con seis ‘walk-over’, los seis partidos en los que participaban clubes que se oponen a la (FPF) en el asunto de los derechos de televisión.

Lamentablemente para los que ansiamos un poco de claridad, la verdad de esta historia está escrita entre las líneas de contratos privados. Así que surgen, cuando menos, preguntas como las siguientes: ¿estaban los clubes realmente obligados a entregarle los derechos de televisión a la federación cuando esta se los reclamó? ¿En qué condiciones? Por otro lado, ¿hace cuánto la FPF planeaba cambiar el modelo de negocio y por qué no ejecutó este plan de forma organizada?

Es evidente, a leguas, que los clubes pequeños necesitan una mayor inyección de dinero para recortar progresivamente la brecha y que así puedan, por fin, tener estadios propios y fidelizar a sus hinchas. Pero también hay que pensar en aquellos clubes que manejan más dinero y que ya tienen sus recursos comprometidos. Cambiar las condiciones del juego de un momento para el otro, sin posibilidad de planificar una transición, no habla de la búsqueda del bien común.

La incertidumbre ya ha empezado a generar daños colaterales. Sport Huancayo ha empezado la Copa Libertadores sin haber jugado un solo partido oficial (y ganó la ida contra Nacional de Paraguay). Por su parte Cristal, Melgar y Alianza Lima empezarán a competir con una gran desventaja respecto de sus rivales internacionales. Y pensar que la idea original era empezar la liga pronto para intentar cortar las estadísticas negativas a nivel internacional. Además, hay auspiciadores que han reculado, jugadores que no reciben sueldos desde que terminó el campeonato pasado y han agarrado el auto para hacer de taxi; esto, sin dejar de contar que muchos futbolistas no están entrenando.

Para agregar caos al caos, aquellos equipos que no se presenten en la cuarta fecha y sumen dos ‘walk-over’ serán multados por casi S/400 mil y perderán la categoría hasta el 2026. La incapacidad de dialogar, empatizar y organizar nuestros intereses en función del bienestar general es un sello que por estos días nos representa como sociedad. Para hablar de grandes reformas primero hay que ponerse de acuerdo. Son los vientos que soplan.