El problema es otro y la solución también

Ricardo Valdés

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Fuerzas Armadas y lucha contra el delito

Frank Casas

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Constitucionalmente, la seguridad ciudadana y el orden interno son de exclusiva competencia de la. Las podrían cumplir un rol en ese ámbito solo si se decreta una situación excepcional, como el estado de emergencia.

Institucionalmente, las FF.AA. velan por la integridad y la soberanía nacional y están preparadas para matar con ese propósito. La PNP está preparada para investigar y perseguir el delito, conseguir las pruebas y llevar a juicio a los delincuentes, siempre desde un enfoque de defensa de la ciudadanía y el Estado de derecho. Asimismo, está facultada para hacer uso de la fuerza letal en defensa de la vida propia o de un tercero.

En corto, las FF.AA. y la PNP tienen propósitos y misiones distintos. No se puede confundir el uso de la cuchara con el del cuchillo, aunque estén dispuestos en la misma mesa. Por ello, los estados de emergencia en zonas urbanas han demostrado que la intervención de las FF.AA. ha sido absolutamente marginal y escasamente productiva, pues no están preparadas para la intervención e investigación criminal.

Sin embargo, hay que decir también que la eficacia y eficiencia policial solo puede ser relevante cuando se emplean inteligencia y planificación operativa para obtener resultados importantes.

Los estados de emergencia distraen la mirada de los problemas de fondo que toca enfrentar. Por ejemplo, la corrupción en todos los niveles institucionales, asociada a la pobre capacidad de gestión de los operadores de justicia para invertir en tecnología para la seguridad, investigación criminal y control territorial.

La solución demanda una verdadera voluntad política para enfrentar multidimensionalmente los problemas en torno de la criminalidad, con capacidad de gasto y acciones que contengan indicadores de cumplimiento, plazos y responsables que rindan cuentas. Es el momento de tomar en serio el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana y de involucrar al sector privado y la sociedad civil.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.