Ganar frente a la crisis

Camila Zapata

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Camila   Zapata

No apto para cardíacos

Carolina Salvatore

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Pocas actividades son generadoras de unidad nacional. El fútbol es una de ellas. enfrenta a en el partido más atractivo de la jornada 11 por tratarse de un clásico. Sin embargo, lo futbolístico ha quedado relegado: ambas selecciones agonizan por puntos y se ahogan en sus crisis internas.

Lo concreto es que, mientras Chile intenta resolver sus problemas y amista la guerra entre Ricardo Gareca y Arturo Vidal tras su reciente convocatoria, el fútbol peruano intensifica sus dolores al estar investigado y detenido el presidente de su federación, , por el Caso Los Galácticos y sus sueldos millonarios que ascenderían a más de S/2,5 millones. La selección, además, no jugará en el Estadio Nacional ante la negación del Gobierno. A ello, hay que agregar que el Perú es noticia internacional en el ámbito futbolístico tras perder de manera negligente la sede del Sudamericano Sub 20.

Nos vamos a competir con los “jugadores extradeportivos” de siempre: una debacle institucional, un gobierno débil que ve el deporte con inapetencia y una selección obligada a jugar fuera de su propia casa y que pierde fuerza ante la FIFA y la Conmebol a nivel organizativo. Los problemas nos sobran, pero el fútbol es un deporte de 11 vs. 11 y en los más graves momentos sociales y políticos es cuando la bandera en representación internacional debe hacer uso de su estirpe y los jugadores deben salir con el convencimiento de que, aunque todo se cae, afuera hay una hinchada de necesidad espiritual que exige gloria y, sobre todo, calma.

La selección de Fossati es la penúltima de la tabla de posiciones con seis puntos y jugará ante una de las peores versiones de Chile de los últimos años, con apenas cinco puntos producto de una victoria, dos empates y siete derrotas. Entre tanto, Perú jugará sin Renato Tapia, Pedro Gallese, Carlos Zambrano y Bryan Reyna, como si los problemas de arriba no fueran suficientes. Pero no queda más remedio que una sólida victoria para pelear el sueño mundialista.

Ganar frente a la crisis. No para que el espectáculo vaya en detrimento de desnudar nuestros problemas, sino todo lo contrario: vencemos cuando demostramos que no necesitamos la corrupción a nuestro mando ni mucho menos un gobierno que nos juega en contra todos los días, en todos los aspectos.


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