Sebastián Piñera da paso a la leyenda

Carlos Pareja

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Un amigo del Perú

Francisco Belaunde

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“Piñera no fue siempre apoyado por las organizaciones que lo hicieron su candidato y tuvo que forjar a pulso su liderazgo”.

El trágico fallecimiento del expresidente chileno ha causado profunda conmoción en y las manifestaciones de pesar y reconocimiento a su labor como mandatario se multiplican.

Lo conocí cuando éramos jóvenes al haber desempeñado funciones diplomáticas en Chile en tres etapas diferentes, por lo que puedo dar fe del desarrollo y transformación de ese país convertido hoy en exportador no solo de sus riquezas naturales, sino también de capitales e inversiones millonarias en países vecinos. Uno de los gestores de esta transformación fue Sebastián Piñera con su talento para el emprendimiento y con su capacidad de decisión, que es lo que lo caracterizó durante sus dos mandatos presidenciales: la reconstrucción después del terremoto de marzo del 2010, su personal intervención en el rescate de los 33 mineros que tuvo al mundo en vilo en agosto del 2010, el buen manejo de la pandemia del COVID-19 en el 2020 y el 2021, y el riesgo político que tomó ante el estallido social entre octubre del 2019 y marzo del 2020.

Creo oportuno detenerme en este último punto, pues esta fue la mayor crisis política que enfrentó el país desde la transición. Se plantaron en el centro de Santiago más de 800.000 personas exigiendo una nueva Constitución y acabar con los últimos rezagos del pinochetismo. Piñera tomó la controvertida decisión de aceptar mediante un pacto de todas las fuerzas políticas el establecimiento de una convención constitucional, al considerar que postergar este reclamo multipartidario de izquierda solo hubiera prolongado la crisis.

Fue un admirador de nuestro pasado histórico y cultural. En conversaciones que tuvimos, solía hacer comentarios sobre diversos acontecimientos o personajes de nuestra historia. Incluso encargó un estudio genealógico que lo vinculó como descendiente de Huayna Cápac. Es así como en la Navidad de 2012 le obsequié la obra completa de Jorge Basadre.

En contraste con la posición de Michelle Bachelet, que asumió como un acto hostil la presentación de la demanda del ante la Corte Internacional de Justicia por el límite marítimo, Piñera y su gobierno entendieron que dicha demanda era conforme al derecho internacional. Alan García acuñó el término de las “cuerdas separadas” y Piñera el de que “lo que está en La Haya quede en La Haya”. De esta manera, las relaciones bilaterales no solo no se afectaron, sino que con emoción comprobamos cómo prácticamente todos los sectores de la sociedad civil de ambos países se esforzaron en esta política de Estado de profundizar el cúmulo de vinculaciones existentes.

La expresidenta Bachelet tuvo permanente apoyo de las formaciones de izquierda y conserva su liderazgo y el cariño del pueblo. Piñera –demócrata, estadista, cultivado, creyente y con el sostén de su familia y su esposa Cecilia Morel– no fue siempre apoyado por las agrupaciones políticas que lo hicieron su candidato y tuvo que forjar a pulso su liderazgo y ganarse el aprecio del pueblo gracias a su excepcional capacidad y acertadas decisiones. Por eso, el 6 de febrero del 2024 el hombre dio paso al personaje-leyenda de Sebastián Piñera.


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