¿Volatilidad o estabilidad?

Félix Puémape

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Nota editorial

La politóloga Denisse Rodríguez-Olivari se comprometió con este espacio. Sin embargo, el artículo comprometido no llegó hasta el cierre de la edición.

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La politóloga Denisse Rodríguez-Olivari se comprometió con este espacio. Sin embargo, el artículo comprometido no llegó hasta el cierre de la edición.
Félix Puémape

“Para entender los resultados de las elecciones es mucho más útil entender las redes que sostienen a los ganadores”.

Tras las regionales y municipales del domingo pasado, una serie de análisis se ha centrado en las instituciones formales: cuánto pierden los partidos A, B o C, y cuán volátiles son la política regional y la política local ¿Son este tipo de aproximaciones realmente útiles para entender la política subnacional?

La política en el Perú, como ya se sabe, es el campo de lo no formal. Salvo contados vehículos electorales (APP, Somos Perú o AP), en general, los partidos nacionales no suelen ser electoralmente competitivos en elecciones subnacionales. Los movimientos regionales y locales suelen tener mejores resultados, pero por no más de dos o tres elecciones, en el mejor de los casos. Sin embargo, pese a esa desestructuración institucional, municipios y regiones siguen funcionando. Hay dos tipos de instituciones que permiten que esto suceda: entornos políticos y burocracias subnacionales.

El análisis centrado en partidos políticos y movimientos regionales en declive permanente no permite ver lo realmente constante y exitoso: detrás de las etiquetas partidarias que cambian en cada elección hay grupos de actores políticos que se mantienen. Varios de estos grupos se manifiestan en clanes familiares, candidatos eternos o políticos que dejan correr a personas de su confianza para aparentar recambio manteniéndose al mando. Estos grupos de políticos, familiares y funcionarios conforman entornos políticos estables que, contra la idea de volatilidad del mundo local (y regional), han sido los que realmente han estructurado la política de buena parte de distritos (y regiones) del Perú desde el 2002, sino mucho antes.

Así como hay entornos políticos estables, también hay burocracias subnacionales que, pese a la ausencia de un servicio civil consolidado en este nivel, han logrado configurar grupos de servidores públicos permanentes. Varios de quienes ingresan a trabajar en alguna municipalidad o región, tras aprender el manejo de sistemas administrativos, empiezan a desarrollar carreras en diversos gobiernos locales, reforzando su experiencia e incrementando su ‘appeal’ profesional. Así, es muy común que cuando un alcalde o presidente regional asume, contacte con alguno de ellos para estructurar un mínimo de gestión. Estos expertos no necesariamente permiten brindar servicios de calidad, pero sí permiten la administración del día a día. Pegándonos al análisis de que el mundo municipal y regional es volátil, pensaríamos que la gobernanza en estos niveles es absolutamente anómica, lo que no es necesariamente cierto.

Entonces, para entender los resultados de las últimas elecciones subnacionales, más que centrarnos en los partidos o movimientos ganadores y perdedores, es mucho más útil entender las redes políticas y burocráticas que sostienen a políticos regionales y locales. ¿Los resultados electorales son importantes? Sí, pero hay que hacer un análisis de individuos, no de organizaciones políticas. Al final, en una política sin partidos e instituciones, un análisis de las redes políticas y sociales no formales resulta un ejercicio más útil para acercarnos al poder y la estabilidad en el mundo regional o local.


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