El reto de no dejar de ser inteligentes

Bruno Ortiz Bisso

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¿Leyes para la inteligencia artificial?

Erick Iriarte

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“Más que lamentarnos y esperar que las máquinas nos dominen, debemos estar listos para avanzar con ellas”.

Aunque se habla de desde hace ya un tiempo, en estos últimos dos años el tema ha cobrado mayor notoriedad. Primero con Dall-e, una aplicación que crea dibujos e ilustraciones inéditos a partir de descripciones textuales; y ahora con , un chatbot especializado en el diálogo. Ambos productos –desarrollados por la empresa OpenAI– están basados en inteligencia artificial y cuentan con gran capacidad para aprender en base a determinadas técnicas de refuerzo.

Muchos nos hemos sorprendido –y algunos hasta atemorizado– al ver respuestas del ChatGPT con un nivel de argumentación muy alto. Incluso, algunas semanas atrás, leí en “El Mercurio” de Chile una columna de opinión generada por la herramienta en cuestión. ¿Es que la idea de que los robots nos dejen sin trabajo ahora sí cobra más sentido? Ojo, no se trata de un debate de nuestros tiempos. Desde la construcción del sirviente automático de Filón de Bizancio, hace más de 2.200 años, ya los griegos empezaban a hacerse la misma pregunta.

Si bien la inventiva humana, a lo largo de la historia, ha hecho que desarrollemos herramientas cada vez más modernas para realizar de la manera más sencilla posible nuestras tareas, como humanidad hemos llegado a un punto en el que el avance tecnológico está permitiendo que esas mismas herramientas realicen por completo ciertas tareas.

¿Pero cuál es la real amenaza? ¿Que haya sistemas cada vez más inteligentes que puedan aprender y encontrar soluciones por su cuenta? ¿O que los humanos dejemos de aprender?

Antes de caer en alarmismos, se debe dejar en claro que la inteligencia artificial ya la venimos usando desde hace un buen tiempo y que hoy, incluso, se ha convertido en un elemento indispensable para realizar ciertos trabajos.

Conversando con Michael Sayman, ingeniero de software y CEO de Friendly Apps, me confesó que usa soluciones de inteligencia artificial para programar: plantea el problema y la aplicación le propone líneas de código. Él las prueba y, si funcionan, las aplica. Así ahorra tiempo.

Por el mismo lado fue Omar Flórez, doctor en ciencias de la computación e investigador en temas de inteligencia artificial. “No es la primera vez que nos sentimos amenazados por la , pero, laboralmente, también hay que pensar que esos avances van a generar otro tipo de trabajos”, me dijo.

Entonces, más que lamentarnos y esperar que las máquinas nos dominen, debemos estar listos para avanzar con ellas, para aprovechar la inteligencia artificial como herramienta que nos permita llegar al siguiente nivel. En el futuro inmediato la inteligencia será clave. Y si es la nuestra, mucho mejor.