Peru crecimiento economico
Peru crecimiento economico
Paulo Pantigoso

En noviembre hemos cumplido 100 meses consecutivos de crecimiento económico, un período que se inició en agosto del 2009. Con ello, y contados desde el presente milenio, son dos los tramos de expansión económica ininterrumpidos que han durado más de 90 meses. Anteriormente, entre julio del 2001 y marzo del 2009, llegamos a acumular 93 meses de crecimiento sin pausa.

Alcanzar la marca de los 100 meses de crecimiento económico continuo es un éxito importante. Más allá de ser una medida relevante, abona al atractivo sobresaliente que la inversión en nuestro país despierta en la región latinoamericana.

A través de este hito, el Perú se une a pocas naciones que en su historia reciente pueden ostentar la misma marca. Por citar a algunas: China, Estados Unidos, Alemania o Chile.

Aun cuando las cifras oficiales del crecimiento de nuestro PBI a noviembre no serán publicadas sino hasta inicios del 2018, dada la mayor velocidad reciente de nuestra economía, mi pronóstico es que habremos alcanzado un 46,8% de crecimiento en 100 meses contados desde agosto del 2009, con un promedio anual de 4,71% y mensual de 0,38%.

Durante este período, los sectores de mayor crecimiento acumulado habrán sido Electricidad y Agua, así como Otros Servicios (ambos con 60%), Comercio (con 56%), Minería e Hidrocarburos (con 46%), Construcción (con 45%), Agropecuario (con 30%) y Manufactura (con 19%), mientras que Pesca cerrará con cerca de 0%, principalmente influenciado por el impacto de factores de constante fluctuación como el clima y anomalías en el mar. Por su parte, la inflación total será de 31,2%, con un promedio anual de 3,31% y mensual de 0,27%.

Todos estos índices se enmarcan dentro de un crecimiento mayor, que medido desde inicios de este milenio habrá alcanzado, a diciembre del 2017, la cifra acumulada de 129%, con una inflación de 58%. Asimismo, se espera que nuestra economía registre el mayor crecimiento de la región para el 2018: entre 3,8% y 4,3%.

El crecimiento de la inversión en infraestructura y la coincidencia del incremento de la inversión pública y privada que experimentamos en los últimos meses deben continuar y aumentar en esta fase expansiva de nuestra economía (que también debe aprovechar el viento a favor y el momentum de la economía mundial). Así, el incremento en asociaciones público-privadas para cerrar la brecha en infraestructura se vuelve un imperativo. Mientras en el 2016 se dio un solo proyecto en concesión, en el 2017 van cuatro proyectos, con un incremento esperado antes de cerrar el año de US$2.000 millones. Además, en el 2018 se espera conceder más de US$6.000 millones en proyectos.

Otra manera de impulsar nuestra economía es masificando las obras por impuestos. En el 2015 estas ascendieron a US$357 millones, en el 2017 a US$890 y se espera que lleguen a cerca de US$1.300 en el 2018.

Mención aparte merece la inversión minera, verdadero motor de la economía nacional. El programa de endeudamiento garantizado y el fondo de adelanto social asoman como iniciativas muy relevantes para el permanente impulso minero a nuestra economía.

Finalmente, para continuar gozando de la grata acumulación de meses consecutivos de crecimiento, el Estado, además de ser más eficiente, debe recaudar más. Nuestra presión tributaria se ha reducido de 16,9% en el 2012 a un estimado de 12,6% en el 2017. Para ser miembro pleno de la OCDE, y sobre todo para poder acometer grandes obras públicas, su incremento asoma como un real desafío.

Haber alcanzado la marca de los 100 meses de crecimiento económico continuo nos debe servir para llevar un mensaje categórico de promoción de la inversión hacia nuestro país. También para continuar extendiéndolo por mucho tiempo más, resolviendo nuestros retos en la productividad, institucionalidad, “tramitomanía”, infraestructura, seguridad, transparencia, educación, salud y funcionamiento regional, con el firme propósito de convertir el denominado “crecimiento potencial del PBI” en nuestro crecimiento real.