No está en discusión que los vecinos de Lima queremos un transporte público moderno, es decir, ordenado, seguro y ecológicamente limpio. No podemos resignarnos al caótico sistema de combis que, a cambio de la carrera del centavo y la consiguiente lucha por el pasajero, nos resta calidad de vida. No hay duda de que la alucinante maraña de rutas superpuestas debe ser desterrada; que el respeto a las normas de tránsito y al usuario debe volver.
Dicho ello, es necesario sin embargo hacer algunas observaciones a la implementación del corredor azul. Concretamente, a algunos problemas que se están generando en el distrito de Miraflores. Esto, con ánimo constructivo para encontrar soluciones conjuntas que aseguren el éxito de la reforma del transporte.
En primer lugar, hay que señalar que una de las líneas del corredor azul TGA origina problemas en el óvalo de Miraflores cuando sus buses azules giran para retomar la avenida Arequipa. El diseño vial del óvalo no está pensado para que vehículos de ese tamaño realicen dicho giro, lo que ocasiona congestión en la zona.
Por otro lado, el paradero final de la otra línea del corredor azul TGA en la avenida Armendáriz requiere urgente atención, pues no se ha considerado un patio de buses donde estacionar las unidades azules antes de sus salidas programadas a intervalos de tiempo, lo que congestiona la vía pública y genera desorden en el lugar.
Otro asunto que preocupa a los vecinos de Miraflores es el desvío de las antiguas rutas por vías alternas, como la avenida José Pardo. Ello genera gran congestión, empeorada por el cierre parcial de la Costa Verde. Entendemos que se trata de un desvío temporal mientras dichas rutas son eliminadas, pero es importante para el distrito que esto se realice cuanto antes y que, mientras tanto, Pro Transporte brinde apoyo con suficiente personal de tránsito para disminuir el impacto negativo.
Similar problema de congestión vemos en la avenida Larco, donde el número total de vehículos de transporte ha aumentado, pues a las rutas antiguas que aún no han sido retiradas de esa parte inicial del corredor azul TGA se suman ahora los buses azules. Ello perjudica el respeto al carril segregado para transporte público restándole fluidez. Urge concretar allí la eliminación de rutas.
Por último, debemos señalar que si bien la avenida Arequipa ha ganado fluidez por el retiro de las combis y cústeres, se está generando otro problema: esta vía está siendo tomada por taxis informales y colectivos ilegales que ocupan los paraderos del corredor azul TGA. Sugerimos aumentar de inmediato la fiscalización antes de que esta situación se consolide y asegurar un número adecuado de buses azules para evitar que el transporte oportunista aproveche la demanda insatisfecha.
Como vemos, se trata de problemas puntuales que requieren atención. Las señalamos con el ánimo de aportar y reiteramos nuestra total disposición para conversar y concertar acciones con la autoridad metropolitana para asegurar que la implementación del nuevo corredor sea exitosa y beneficie a todos los vecinos.