Emprendimiento y educación están intrínsecamente relacionados. No cabe duda que la educación es un tema clave para el desarrollo de un país, y que los emprendedores son el motor del desarrollo generando empleo y recursos para el Estado a través del pago de impuestos. Si descuidamos el campo educativo será cada vez más escaso el talento, es por esto que a todos nos debe interesar que haya buena educación en nuestro país. Si sabemos que, aproximadamente, 8 de cada 10 alumnos estudian en colegios del Estado y 2 de cada 10 en colegios privados, queda clarísimo que al hablar de calidad educativa deberíamos fijarnos principalmente en la educación estatal.
Se habla mucho de condiciones básicas de calidad pero, paradójicamente, al hacerlo se mira solo a los colegios privados. Parece una broma de mal gusto enterarse que el Minedu está contratando aproximadamente a 250 nuevos supervisores (administradores, ingenieros, abogados y educadores) para inspeccionar el servicio educativo de los colegios privados, cuando la educación estatal clama por atención y recursos; pareciera que a los altos funcionarios del gobierno lo único que les interesa son los colegios donde estudian sus hijos.
Mientras tanto, los 6 millones de alumnos de los colegios del Estado no tienen quién los defienda. Que el servicio educativo sea gratuito no significa que no tengan derecho a recibir una educación de calidad. Sería absurdo pensar que velar y exigir una educación pública gratuita y de calidad sea solamente problema de las familias que tienen a sus hijos allí. Si aspiramos a ser un país desarrollado y a elevar la calidad de vida de todos, debemos tener ciudadanos con unos conocimientos sólidos y con valores compartidos.
Nadie pide cuentas del servicio educativo que brinda el Minedu. Es lamentable que pocos protesten al conocer que solo 2 de cada 10 alumnos que estudian en colegios del Estado entienden lo que leen; están dando placebo educativo en lugar de vacunarlos contra el virus de la ignorancia. Es indignante comprobar que después de la primera ola de esta pandemia, y a pocas semanas del inicio del nuevo año escolar se hable de semipresencialidad, pero no se haya mejorado la infraestructura de los colegios del Estado; no se haya facilitado la conectividad a Internet de profesores y alumnos; y que tampoco hayan llegado, hasta ahora, las tablets anunciadas por el gobierno.
Si Indeci pudiese inspeccionar a los colegios del Estado con el mismo rigor con que supervisa a los privados, probablemente el 35% de estos no podría funcionar; y si el Indecopi también pudiese atender los reclamos de las familias que reciben el servicio educativo por parte del Estado, con seguridad le faltaría personal para atender los reclamos por falta de idoneidad en el servicio educativo brindado por el Minedu. No podemos aceptar que los usuarios de la educación estatal deban quedarse callados ante un servicio deficiente. Debemos darles voz a esos millones de familias para que se solucione realmente el problema educativo del país. Solamente cuando el Minedu realice su rol gestor y educador de manera eficaz y eficiente en sus colegios, estaremos hablando realmente de calidad educativa.
Los colegios privados, priorizando la salud de su comunidad educativa, han desarrollado un eficaz sistema de educación a distancia y están preparados para este nuevo año escolar. Sin embargo, si no queremos que el 2021 sea otro año escolar perdido para los alumnos del Estado debemos acelerar la inmunidad de la población. No basta con vacunar a los profesores para volver a la presencialidad pues no hay vacunas para niños. Urge acelerar la vacunación. Es absurdo que, por motivos ideológicos, no se permita que los privados también lo puedan hacer. Según los expertos, se necesita tener un 70% de la población inmunizada para empezar a cortar la transmisión del virus. Al ritmo que vamos, de 11 mil personas vacunadas por día, llegaremos a inmunizar al 72% de la población el 2026. Nuestros niños y adolescentes no pueden esperar tanto.
*El autor es director del colegio Los Álamos.
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