"Uno de los recursos más importantes es el conocimiento científico de los investigadores peruanos". (Foto: Diana Marcelo / GEC)
"Uno de los recursos más importantes es el conocimiento científico de los investigadores peruanos". (Foto: Diana Marcelo / GEC)
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Fabiola León Velarde

La presente no solo ha desnudado nuestra poca preparación para enfrentarla, sino la de países con los sistemas de salud más modernos y organizados del mundo. También ha sido un llamado de atención a la necesidad imperiosa de corregir las graves precariedades de nuestro sistema sanitario. Mientras tanto, el Gobierno ha debido diseñar e implementar una estrategia de mitigación con los recursos disponibles.

Uno de los más importantes es el conocimiento científico de los investigadores peruanos, sean estos médicos, salubristas y epidemiólogos, o científicos en general. Todos ellos no solo nos están ayudando a entender esta devastadora enfermedad, también están asesorando a las más altas autoridades del Gobierno para delinear las mejores decisiones públicas para controlarla. Probablemente, nunca antes en nuestra historia reciente los científicos jugaron un papel público más importante que ahora.

Pero además de tratar de entender la enfermedad y asesorar a las autoridades para combatirla, los investigadores también podemos encontrar respuestas a las más acuciantes necesidades del momento, como el déficit de pruebas diagnósticas y ventiladores mecánicos; la insuficiencia de nuestro sistema de vigilancia epidemiológica; y, aunque esto es más ambicioso, el desarrollo de tratamientos, que incluyen antivirales e incluso la ansiada vacuna.

Con el fin de identificar nuestras capacidades, Concytec convocó a fines del mes pasado a la comunidad científica a presentar proyectos de muy corta maduración y alto impacto en las áreas de detección masiva, telesalud y salud digital, desarrollos tecnológicos, estudios epidemiológicos y sociales, y tratamiento. La respuesta fue masiva, con solo tres días para responder a través de notas conceptuales, Concytec, a través de Fondecyt (su fondo para financiar investigaciones), recibió 600 aplicaciones.

Después de un riguroso procedimiento de evaluación a cargo de destacados científicos –que incluye a peruanos en las mejores universidades del mundo, como Carlos Bustamante (Berkeley), Ernesto Freire (Johns Hopkins), Tomás Kirchhausen (Harvard) y Marcos Milla (sector privado)–, se han seleccionado los 29 mejores proyectos, que se harán acreedores a un poco más de 6 millones de soles aportados por el Concytec. Es una lástima que, dado los limitados recursos, muchos buenos proyectos no hayan podido ser seleccionados.

Casi las dos terceras partes de los proyectos ganadores provienen de las universidades; una cuarta parte, de la empresa privada; y el restante, del Estado. La categoría con el mayor número de proyectos es la de desarrollo tecnológico, donde hay cuatro para el desarrollo de ventiladores y ocho para otros equipos sanitarios. También hay cuatro de pruebas diagnósticas, dos de antivirales, uno para desarrollar una vacuna, así como cinco estudios epidemiológicos y sociales, y cinco en telesalud y salud digital móvil.

Los ganadores tendrán entre uno y tres meses para producir los resultados ofrecidos, al cabo de los cuales, en las dos terceras partes de los proyectos, contarán con un prototipo. Entonces se requerirá el financiamiento para pasar a la fase de producción; todo esto demandará un sostenido apoyo del sector público y un activo compromiso del sector empresarial. De hecho, ya existen otros proyectos en fase de maduración más avanzada, que vienen recibiendo el financiamiento del sector privado.

Para quienes creen que ya estamos tarde para estos esfuerzos, cabe recordarles que en tanto no tengamos la vacuna, la pandemia seguirá demandando de nosotros respuestas en todas estas áreas. Más importante aún, las futuras pandemias demandarán que estemos bastante mejor preparados, para lo cual tenemos que hacer las reformas que nuestro sistema sanitario requiere, y asociarlas con un rol protagónico de la comunidad científica peruana, que a pesar de las limitadas fuentes de financiamiento está demostrando estar a la altura del desafío.

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