Francesca Raffo Paine

Hoy, en el , vale la pena darle una mirada a la posición en la que estamos y los retos y oportunidades que tenemos por delante.

Pensando en el terreno corporativo, esta es una oportunidad para repasar la importancia de consolidar la meritocracia. Sí, las merecemos mayores espacios en el sector, pero no para llenar cuotas designadas ni por obligaciones morales, sino porque tenemos mucho para dar. Sé –por experiencia– que un equipo diverso redunda en mejores productos, servicios mejor diseñados, clientes más satisfechos y, por lo tanto, mayor rentabilidad. Y hay pruebas concretas: un estudio hecho por McKinsey en el 2023, que comprendió a más de 1.200 empresas en 23 países, halló que las compañías con directorios más diversos en términos de género tienen 27% más posibilidades de lograr resultados positivos que los que tienen configuraciones más planas.

Por esto, las empresas deben impulsar la diversidad tanto orgánicamente, apoyando el desarrollo de las mujeres en sus equipos, como inorgánicamente, educándose sobre su valor y sobre cómo sacarle el mejor provecho.

La formación, el desarrollo de nuevas capacidades y las mentorías en el interior de las organizaciones pesan mucho en este sentido. Las capacitaciones para los colaboradores resultan en la transferencia de habilidades que contribuyen al desarrollo personal y profesional de todos los miembros, pero también fomentan competencia sana entre ellos y nivelan la cancha. En esa misma línea, como líderes, debemos preocuparnos por que los prejuicios y los sesgos no interfieran en el crecimiento de las mujeres y por compartir experiencia con las que recién comienzan. ¡No podemos menospreciar la sororidad!

También es clave ofrecer herramientas para equilibrar las vidas personales y profesionales. El nacimiento de un hijo, por ejemplo, no debería suponer el fin de la carrera de ninguna mujer, ni limitar su ascenso cuando ha hecho los méritos para acceder a él. Pero, ojo, no solo se trata de dar a las madres flexibilidad, sino también de fomentar y permitir que los padres asuman sus responsabilidades, promoviendo así la equidad en la familia.

En el , según datos de la Cámara de Comercio de Lima, siete de cada diez nuevos emprendimientos están liderados por mujeres. El ímpetu está ahí. Sin embargo, para maximizar su potencial, es esencial que reciban más oportunidades de empresas, instituciones educativas y el sector público, que deben facilitar espacios para su crecimiento y educación.

En fin, es importante dejar claro que el acceso al lugar que merecemos no solo será para nuestro beneficio, sino para el de todos.

Francesca Raffo Paine es Gerenta general adjunta de Transformación en BCP y gerenta corporativa de Innovación de Credicorp

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