Paola Bustamante

Hace unos días tomamos conocimiento de que en el reporte semestral de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) la anemia en menores de 36 meses subió de 42,4% a 43,6%; es decir, 1,2 puntos porcentuales. Estos datos nos regresan a los primeros meses de este año, cuando se reportó que la en menores de 36 meses había pasado de 38,8% (2021) a 42,4% (2022); es decir, no hemos avanzado, por el contrario, la lucha contra la anemia está estancada y no está dando resultados.

Según datos del Repositorio Único Nacional de Información en Salud (Reunis) del Ministerio de Salud (Minsa), el 76,6% de menores de 4 meses inicia suplementación de hierro; el 81,8% de niños de entre 6 y 8 meses tiene su tamizaje de hemoglobina; el 82,3% de niños de entre 6 y 11 meses sin anemia recibe suplemento de hierro; el 93,3% de niños de entre 6 y 11 meses con anemia recibe tratamiento oportuno; el 48,3% de niños de entre 4 y 5 meses tiene visitas domiciliarias; el 10,1% de niños de entre 6 y 11 meses con anemia tiene visitas domiciliarias; y el 24,2% de madres de niños de 6 a 8 meses asiste a sesiones demostrativas de alimentos.

Estos datos nos permiten identificar: 1) que se viene entregando la suplementación de hierro, que es importante para reducción de anemia; 2) que se están realizando los tamizajes de hemoglobina, lo que permite reforzar la prevención y, en caso de que tengan anemia, reforzar el tratamiento; 3) que lo que no se está implementando como corresponde son las visitas domiciliarias, que son fundamentales, ya que en las visitas es cuando se identifica si esa suplementación entregada está siendo consumida. Cuatro de cada diez niños de entre 4 y 5 meses reciben visitas domiciliarias y solo uno de cada diez niños de entre 6 y 11 meses que tienen anemia recibe visitas domiciliarias, por lo tanto, no tenemos certeza de que la suplementación que se entrega está siendo consumida por los bebes. Adicionalmente a la suplementación de hierro, es fundamental que los bebes consuman alimentos ricos en hierro, y para ello se deben realizar sesiones demostrativas que permitan a las madres conocer sobre su preparación y tener recetas que les sirvan para mejorar la calidad de la alimentación, pero solo dos de cada diez madres de niños de entre 6 y 8 meses asisten a estas sesiones demostrativas.

Hace unos días Luis Cordero, experto en protección social y salud, publicó en sus redes unos datos que realmente son alarmantes: la anemia en niños de 6 a 8 meses en el 2021 era de 57,1%, en el 2022 fue de 59,9% y en el primer semestre del 2023 se encuentra en 62,4%, seis de cada diez de niños de 6 a 8 meses tienen anemia en nuestro país. Y la anemia en niños de 9 a 11 meses en el 2021 fue de 58,5%, en el 2022 fue de 65% y en el primer semestre del 2023 es del 63%; es decir, seis de cada diez niños de entre 9 y 11 meses tiene anemia.

Estos datos nos muestran que la exposición a la anemia está concentrada en el primer año de vida, por ello es fundamental que los padres de familia comprendan la importancia de prevenir y eso implica que no solo reciban la suplementación de hierro, sino que sus pequeños la consuman diariamente, lo cual no es sencillo. El hierro que se entrega en los establecimientos de salud no tiene buen sabor y en la mayoría de los casos estriñe a los niños, pero es importante que lo consuman diariamente.

Asimismo, es importante que el Minsa retome como prioridad las visitas domiciliarias en alianza con las autoridades locales, ya que el acompañamiento en el hogar es otro factor importante para la adherencia (consumo diario) del suplemento de hierro, así como para las sesiones demostrativas que permiten que los padres tengan opciones para mejorar su alimentación.

Otro dato importante que nos muestra la Endes es que la anemia en menores de 36 meses es de 50,7% en el área rural y 40,9% en el área urbana, es decir, cinco de cada diez niños menores de 36 meses tienen anemia en el área rural y cuatro de cada diez niños menores de 36 meses en el área urbana. Esto significa que si bien las estrategias que se implementan deben ser diferenciadas, no se debe descuidar el ámbito urbano, las estrategias deben aplicarse universalmente a todos los niños menores de 36 meses, sin dejar a nadie atrás.

Finalmente, y no menos importante, es que la evidencia nos muestra que el acceso al agua segura, saneamiento y buenos hábitos de higiene son tan importantes como la suplementación de hierro, por lo que es clave que se trabaje de la mano para garantizar el acceso al agua segura a toda la población, para ello la articulación entre los ministerios de Salud; Vivienda, Construcción y Saneamiento; y Desarrollo e Inclusión Social es necesaria y urgente.

Paola Bustamante Directora de Videnza Consultores y exministra de Desarrollo e Inclusión Social