He comentado algunas veces que si La Victoria fuera una empresa, hace tiempo que habría sido liquidada y dejado de existir. No es justo, ciertamente, que un distrito con tanto potencial cayera en el más completo abandono y, lo que es peor, en manos de gente de mal vivir.
No de otro modo podría explicarse que la deuda del municipio, que encontramos hace un año era de 680 millones de soles, y producto del sinceramiento de la misma con distintas entidades durante el primer año de gestión, se ha reducido en 7%, reduciéndose a 631 millones de soles; y seguiremos trabajando a fin de que la municipalidad disminuya significativamente la deuda acumulada en los últimos 50 años.
Sin embargo, ese mismo Estado se torna disfuncional y constituye la traba más difícil de enfrentar para la ejecución de cualquier obra pública. Nos toca, entonces, encarar con imaginación el enorme desafío de los cien mil millones de dólares que constituyen el déficit de infraestructura de nuestro país.
Por ejemplo, las normativas creadas para enfrentar la corrupción generan complicaciones burocráticas que dificultan el desarrollo de cualquier proyecto y se presta mucho más atención a los procesos de cualquier obra que a la obra en sí misma y al impacto que está llamada a tener en la población. Igualmente, las políticas gubernamentales suelen estar desconectadas de la realidad al no basarse obligatoriamente en las necesidades concretas de la comunidad.
Lo anterior explica por qué la aprobación y adjudicación de los proyectos, aunque se trate del más simple, pueden significar que se tarde hasta un año para que se coloque la primera piedra.
A pesar de todo, hay espacio para el optimismo y la buena noticia es que los proyectos de mayor alcance presupuestal relacionados con la renovación de las avenidas Bausate y Meza, La Mar y Palermo, así como el desarrollo del parque deportivo Johnny Bello, entre otros, ya se encuentran en ejecución y concluirán a más tardar entre marzo y junio del presente año.
“La Victoria es su gente” es el lema que escogimos porque define mejor la naturaleza del pueblo victoriano, cuyo orgullo era preciso recuperar, y constituye un reflejo muy preciso del Perú y su carácter multicultural. Y, como lo anunciamos al inicio de nuestra gestión, la clave estaba en la afirmación del principio de autoridad y en la necesidad impostergable de lograr un distrito ordenado allí donde el caos ha sido la característica constante.
En medio de la escasez de recursos, nos enorgullece haber logrado en solo un año la instalación de una de las centrales de videovigilancia, con reconocimiento facial y altavoces, más modernas del país y la implementación del primer módulo integral de seguridad y justicia en el cual participan el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Policía Nacional y el Ministerio de Justicia.
Gamarra, el emporio textil más importante de Sudamérica, tiene hoy una nueva faz y empieza rápidamente a manifestar su potencial social y económico en favor del país. Su peatonalización es un objetivo central y esperamos que el Gobierno defina a corto plazo su compromiso, tal como lo hizo el propio presidente Martín Vizcarra al acoger nuestro pedido para la realización del catastro, urgente iniciativa que concluirá en febrero próximo.
El Perú no va a progresar en medio de la informalidad, y al enfrentar esa problemática hemos tenido en mente el interés de todos creando facilidades concretas para la formalización, tema en el cual ya vemos resultados concretos. Y es que el mundo de la informalidad es el caldo de cultivo más propicio para la delincuencia.
Son 24 los parques que hemos habilitado gracias en gran parte a la formalización de los emolienteros cuyo aporte a ese fin, lejos de cualquier intervención de mafias cobradoras de cupos, implica una iniciativa novedosa y realista.
Nos tocó enfrentarnos al crimen organizado y, con ello, limpiar la alicaída imagen del distrito. Por eso La Victoria está hoy en el mapa del Perú y ha dejado de ser un territorio liberado, siendo incomprensible que con su aporte al país de más de 2.800 millones de soles anuales haya estado por décadas sumida en el abandono.
Difundir el deporte es clave para alejar a la juventud del vicio. Y fue motivo de especial complacencia que el Instituto Peruano del Deporte nos reconociera oficialmente entre las primeras cinco municipalidades comprometidas con la práctica deportiva. Seguiremos esa ruta.
Y es que el distrito hace tiempo que había dejado de dar buenas noticias; por el contrario, las producía negativas, y los resultados tienen que ver con el apoyo de los propios victorianos, que en su gran mayoría son gente extraordinaria, lo cual nos da la energía para encarar nuestras obligaciones.
Todo esto, sin embargo, resulta poco, pero el costo de nuestras acciones implica chocar con los intereses de muchos. Pero nada nos detiene camino al primer centenario de La Victoria el próximo 2 de febrero. Nuestro compromiso continúa intacto.