Conocer la nueva composición del Congreso suponía develar un misterio sembrado por una de las campañas mas apáticas de los últimos tiempos. El porcentaje de votos nulos y el ausentismo podrían reflejar esa apatía. Pero, a pesar de que ya sabemos la “alineación”, no tenemos mucha idea de cómo jugarán los nuevos actores. ¡Vamos!, los analistas y opinólogos no imaginaron que el Frepap se convertiría en un fenómeno, al colocarse entre los primeros puestos de los resultados electorales, según el conteo rápido al 100% realizado por Ipsos.
Aún es muy pronto para analizar los resultados y las razones por las que este partido que busca un “gobierno teocrático” alcanzaría un puesto privilegiado. Los primeros y ligeros comentarios acusan ‘un voto en joda’, es decir, un voto producto de la campaña que instaba a elegir a cualquiera pero no optar por el blanco o nulo. Una segunda lectura podría apuntar a que algunos votos fujimoristas conservadores conectaron con el discurso del Frepap, cuyos fundamentos son religiosos y afines a los principios conservadores.
Jair Almendras, futuro politólogo que tiene como objeto de estudio para su tesis al Frepap, recordaba en redes sociales cómo esta organización ha logrado luego de perder la inscripción en dos oportunidades (2007 y 2012) reinscribirse en el registro de organizaciones políticas. Sucede que poseen una maquinaria en todo el territorio nacional, a través de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (Aeminpu), una agrupación religiosa de origen “mesiánico-andino” que abarca a todo el país, hasta las fronteras más olvidadas. El análisis de los resultados y la ubicación de los votos en el mapa podrán dar más explicaciones.
Lo que no sorprende es la posición de Acción Popular. De 7,2% votos válidos obtenidos en el 2016, hoy según el conteo rápido alcanzó un 10,1%, colocándose así como la discreta nueva mayoría del Congreso. Muchos apuntan a una recordación de marca, pero lo cierto es que parece haber un trabajo al interior del país que se viene gestando desde hace un tiempo. En las elecciones municipales y regionales del 2018, ya había dado un salto en presencia territorial y en votos, en comparación con la elección del 2014. No solo aumentó el numero de sus candidaturas provinciales de 102 a 143, sino también el promedio de votos en el ámbito provincial de 7% a 10%. Además de la protagónica alcaldía de Lima Metropolitana, obtuvieron tres gobiernos regionales, nada mal para un partido nacional.
Por otro lado, el tufillo conservador de un sector de Acción Popular parece haber atrapado también a simpatizantes fujimoristas. Raúl Diez Canseco, quien encabezó la simbólica “chicharronada” al inicio de la jornada electoral, pertenece a este grupo conservador, su cercanía a grupos religiosos es conocida. Desde la victoria de las regionales y municipales del 2018, ha sumado protagonismo y ha dejado en claro sus ansias de presidir el partido.
Se calcula que son 10 los partidos que integrarán el Congreso de la República. Hay viejos conocidos como APP, un espacio político donde el pragmatismo de sus virtuales parlamentarios parece ser su principal característica. El Partido Morado anunció que será aliado del Ejecutivo. Las performances de Podemos Perú y UPP se mantienen tan misteriosas como la del Frepap, pero en el caso de las dos primeras por ser una suerte de amalgama de personajes subidos a una plataforma cuyas motivaciones desconocemos. La presencia de la izquierda, representada en dos partidos, aún está en duda.
En el epílogo de esta historia se encuentra Fuerza Popular. ¿Qué tan fuerte ha sido el golpe para la agrupación naranja? Todo depende del ángulo desde el cual se mire. En el año 2001, luego de la crisis política, los asesinatos de Barrios Altos y La Cantuta, la corrupción develada, y la fuga de Alberto Fujimori, Cambio 90-Nueva Mayoría obtuvo 5% de votos válidos. Casi dos décadas después, el desprestigio devastador que ha acompañado a las investigaciones del equipo especial Lava Jato, y el trabajo persistente de un sector de los miembros del Congreso disuelto para ganarse el desprecio popular no han enviado a la lona al partido naranja que, de vuelta al albertismo, podría recomponerse.