"Fomente la unión de todos los peruanos y no la polarización. Para salir adelante, necesitamos estar unidos Estado, trabajadores, empresarios y población, en las ciudades y en el campo, de las 25 regiones del Perú". (Foto: Presidencia)
"Fomente la unión de todos los peruanos y no la polarización. Para salir adelante, necesitamos estar unidos Estado, trabajadores, empresarios y población, en las ciudades y en el campo, de las 25 regiones del Perú". (Foto: Presidencia)
/ PRESIDENCIA
Óscar  Caipo

Transcurridos los primeros cinco meses de , y luego de un respectivo análisis, es oportuno destacar lo bueno: escalar el proceso de vacunación y los nombramientos en el Banco Central de Reserva (BCR). Lo malo: un Gobierno errático, sin dirección y que no genera confianza. Y lo feo: el nombramiento de funcionarios sin experiencia e idoneidad, el hermetismo ante los medios, la falta de transparencia y la existencia de posibles actos de corrupción en el entorno presidencial cuya aclaración sigue pendiente y deben investigarse sin postergación.

Si bien creceremos como país en un 13%, impulsados por las exportaciones y por el rebote estadístico de una caída del 11% en el 2020, lo que siente de cerca la población es la precarización del empleo: la informalidad ha aumentado hasta el 78%, el subempleo aumentó al 25% y el ingreso promedio se redujo en un 14% si se compara con el 2019. Como resultado de ello, la confianza ha caído, la inversión privada se proyecta a decrecer en un 10% este año y, lo más grave, la población ha perdido la esperanza en el futuro del país y de sus familias. Ello, de acuerdo con un estudio de percepción de progreso de El Comercio-Ipsos, que muestra niveles del año 1991, cuando vivíamos recuperándonos de la hiperinflación y con terrorismo.

Entonces, podemos concluir que el balance de la gestión del es negativo. El mandatario debe entender que la población viene sufriendo el impacto de cinco años de inestabilidad política y de casi dos de una pandemia que se ha cobrado más de 200 mil vidas e impactado en la economía de millones de personas.

Por todo ello, es imprescindible que asuma con responsabilidad su mandato y demuestre liderazgo para corregir el rumbo. Es necesario que tenga una lectura realista de la situación del país, priorice los problemas nacionales y se dé cuenta de que la población y las empresas, de todo tamaño, no aguantan ni merecen otros cinco meses como los primeros. Por esa razón, señor presidente, lo que los peruanos esperamos de usted es lo siguiente:

Uno. Aclare los cuestionamientos por la falta de transparencia, explique la naturaleza de sus reuniones fuera de Palacio de Gobierno y hágale frente a la corrupción. Usted, que levantó la bandera de la lucha contra la corrupción en la campaña y en su Gobierno, demuéstrelo con hechos concretos.

Dos. Asesórese y rodéese de gente que quiera lo mejor para el Perú y no solo promover un proyecto político. Tome como ejemplo modelos exitosos de crecimiento económico inclusivo y con alternancia de gobiernos de derecha, centro o izquierda, como Corea del Sur o Uruguay.

Tres. Retire a ministros y funcionarios que no tienen capacidad o que cargan con cuestionamientos de integridad. Respete la meritocracia, nombrando a funcionarios públicos por su experiencia y no solo por una coalición de partidos con ideas que solo generan retroceso, pobreza y desigualdad.

Cuatro. Reemplace el discurso electoral con promesas que pueda cumplir y con acciones concretas que generen impacto positivo y sean sostenibles.

Cinco. Fomente un clima de confianza para la generación de inversión y empleo, evitando conflictos que amenacen la reactivación económica que toda la ciudadanía necesita. Sumaría para ello promulgar la modificación de los artículos 40 y 44 de la Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos, que reitera que la única forma de modificar la Constitución es a través de los mecanismos que la misma contempla.

Seis. Genere consensos con el Congreso para la gobernabilidad y trabajen una agenda legislativa que resuelva las principales necesidades de la población, tales como generación de empleo formal, con adecuada protección social para los trabajadores, ayudar a las PYME para que puedan reactivarse y transitar a la formalidad, y mejorar la eficiencia del gasto e inversión pública, y la descentralización, sin corrupción, para que la población reciba los servicios básicos de calidad que reclama.

Por último, fomente la unión de todos los peruanos y no la polarización. Para salir adelante, necesitamos estar unidos Estado, trabajadores, empresarios y población, en las ciudades y en el campo, de las 25 regiones del Perú.

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