El avance exponencial de la inteligencia artificial (IA) representa un gran desafío para el sector educativo en todos sus niveles, siendo uno de los puntos más críticos el rol de los docentes. Atrás quedaron los tiempos en los que su papel consistía en ser transmisores de conocimientos o gestores de pensamiento crítico. Si antes se decía que el conocimiento estaba al alcance de todos en Internet, con la IA regenerativa se ha ido mucho más allá, dado que los estudiantes ahora disponen de herramientas que pueden realizar análisis y labores que antes demandaban un tiempo de trabajo considerable.
Ante ello, hoy en día se necesita que los docentes sean diseñadores de experiencias de aprendizaje que permitan que los estudiantes participen activamente en las clases y sepan discernir qué hacer con toda la información que tienen disponible para generar valor y tomar decisiones.
Para que las clases, en los distintos niveles educativos, sean verdaderamente efectivas y logren que los estudiantes no se limiten a ser simples operarios de ChatGPT u otros ‘chatbots’ de inteligencia artificial, se necesita que los docentes desarrollen una visión estratégica que permita crear situaciones, actividades y entornos que promuevan el aprendizaje significativo (que sea un aprendizaje para la vida y no solo para el aula). Para ello, es necesario que se combinen elementos pedagógicos, tecnológicos, emocionales y contextuales que generen experiencias memorables y efectivas. A su vez, es importante señalar que es esencial conocer las necesidades, intereses y estilos de aprendizaje de los estudiantes para hacerlos parte del proceso de enseñanza y no encasillarlos como meros espectadores.
Dicho esto, las competencias clave que debemos tener los docentes involucran el dominio de estrategias didácticas para captar la atención de los estudiantes; habilidades digitales para integrar la tecnología en el proceso de enseñanza, tanto a nivel de trabajos como evaluaciones; empatía y capacidad para crear una atmósfera emocional positiva; y creatividad para generar experiencias colaborativas.
Para diseñar experiencias de aprendizajes cautivantes y efectivas es necesario definir, en primer lugar, objetivos que estén alineados con la malla curricular de los cursos, carreras o programas, las necesidades de los estudiantes, así como los requerimientos laborales de los empleadores. Una vez establecido ello, se tiene que seleccionar estrategias didácticas adecuadas y recursos tecnológicos pertinentes, considerando las características del alumnado. Luego se requiere diseñar actividades retadoras y colaborativas que promuevan la participación de los estudiantes. Aquí es útil contar con un enfoque de retos en los que se promuevan la exigencia y la excelencia. Para medir el progreso de los estudiantes, es vital que los docentes planifiquen evaluaciones formativas y sumativas, donde la retroalimentación sea constante después de evaluar los resultados de la prueba diagnóstica. A manera de bonus, se podría utilizar el storytelling como aliado para mantener la atención permanente del alumnado en el proceso de enseñanza. Por ello, es importante contar con un guion detallado de la secuencia de didácticas que se utilicen, especificando tiempos, recursos y roles que tendrán tanto los estudiantes como las herramientas tecnológicas que se empleen.
Con docentes convertidos en diseñadores de experiencias de aprendizaje se podrá promover un modelo de enseñanza activo, significativo y adaptado al contexto en el que vivimos, donde la tecnología crece a pasos agigantados y donde presenciamos una mayor competencia laboral. Del mismo modo, se podrán desarrollar las competencias que demandan las empresas de cara al segundo cuarto del siglo XXI, tales como el pensamiento crítico, la creatividad, el trabajo en equipo, el liderazgo, la adaptabilidad, la gestión de proyectos, la gestión del cambio, la inteligencia emocional y la visión estratégica. Finalmente, otro beneficio a considerar es que se podrá generar una mayor motivación y compromiso entre los estudiantes al responder a sus intereses y hacerlos partícipes del proceso de aprendizaje.