La séptima edición de Mistura ha sido nuevamente un éxito y ha ratificado que esta feria gastronómica se ha entroncado visceralmente en la cultura y la idiosincrasia nacional. Apega contribuye así a la consolidación de la Marca Perú y corresponde al Estado actuar en consecuencia, por ejemplo, declarando a esta feria como de interés nacional e involucrarse más con ella, de modo que se amplíe su ámbito de acción a todo el país, con lo que todos los peruanos saldríamos ganando.
Esta vez hemos convocado a más cocineros y cocineras profesionales, así como a jóvenes ‘amateurs’ y productores de todas las regiones, cuyo entusiasmo nos contagia. También vimos más visitantes extranjeros –por ejemplo, delegaciones oficiales de Brasil, Costa Rica y Honduras, entre otras– y especialistas de talla mundial que vienen a conocer y debatir sobre las raíces e innovaciones de la comida peruana, como sucedió en el encuentro gastronómico Qaray.
En cuanto a organización y logística, hemos tratado de resolver los problemas detectados previamente. Así, se han redoblado esfuerzos para traer a más representantes de todas las regiones y barrios del Perú, así como ampliar los espacios y asegurar la provisión de agua, energía eléctrica y servicios higiénicos. Y, pese a los problemas del tráfico, por las obras municipales en la Costa Verde, el público ha acudido a esta locación, más espaciosa y acogedora.
Hemos tenido innovaciones inclusivas, visibles en la presencia de más carretillas, lo más cercano a los gustos del peruano de a pie, y de bodegas pisqueras y cerveceras. Las charlas en el auditorio han sido realmente interesantes y enfáticas al ahondar en el concepto de que en el Perú comer rico debe significar también comer sano usando ingredientes nutritivos, con los que nos ha provisto la naturaleza.
En cuanto a los productores, el Gran Mercado ha sido una vitrina variada y novedosa. Ver al frejol más grande del país con lo mejor de nuestro cacao, los más raros y exquisitos frutos de nuestra selva y los mejores panes serranos y costeños es un placer para los ojos y los sentidos. Todo ello sin descuidar el lado pragmático, que promueve cadenas productivas cada vez más dinámicas entre productores, cocineros y gestores de mercados y restaurantes.
En tal empeño, es absolutamente importante que el Estado, como tal, se comprometa mucho más con esta expresión cultural de la peruanidad, contribuya a su organización y descarte absurdas iniciativas de ciertos congresistas para levantar la moratoria por diez años de los productos transgénicos. No se trata solo de evitar la polinización cruzada, que contamina cultivos ancestrales, sino de asegurar los nuevos nichos que se han creado con productos ‘boutique’ orgánicos, cada vez más competitivos y aceptados por el mercado internacional, que dan empleo y sostenibilidad a nuestra agricultura.
No permitamos que intereses foráneos socaven nuestra biodiversidad y quiten lustre y sabor a nuestra gastronomía y a la Marca Perú, a la que Mistura contribuye con ferviente entusiasmo. “Come rico, come sano, come peruano” es el lema que nos debe animar a Apega, al Estado y a todos los peruanos a hacer de Mistura 2015 la feria más deslumbrante de todo el universo.