Nuevamente se pone en debate un proyecto de ley para aumentar el número de parlamentarios en cuatro escaños, que ocuparían los peruanos que residen en el extranjero. Un resucitado proyecto que fue impulsado por el Apra y Fuerza Popular, en periodos pasados sin lograr aprobarlo a pesar de sus mayorías parlamentarias. Ahora la propuesta es recogida con entusiasmo por la comisión gubernamental liderada por Fernando Tuesta.
De acuerdo con la ONPE, para el referéndum del 2018 los electores hábiles en el extranjero fueron 907.839. De ellos, solo participaron 216.359 (23,83%) a pesar del voto obligatorio, penalizado con multa y pérdida de derechos civiles. Si esos peruanos regresasen, tendrían dificultades hasta para ingresar o salir del aeropuerto, salvo que tengan otra nacionalidad.
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Los que respaldan esta iniciativa no han revisado la encuesta a la comunidad peruana en el exterior de la Organización Internacional para las Migraciones, en la cual para el 87,7%, la principal preocupación es la mejora de los servicios de los consulados y la asistencia para integrarse a su nueva sociedad. El 67% tiene DNI con domicilio en el país donde vive; el 49,3% es residente permanente; el 16,4% ha adquirido otra nacionalidad; el 50% lleva más de 8 años viviendo fuera y en Asia más de 13 años; el 41,2% regresaría al Perú solo por vacaciones; el 18,7% nunca regresaría, porcentaje que se incrementa notoriamente entre los que tienen entre 18 y 39 años. Solamente 8,6% tienen alguna relación con organizaciones de peruanos en el exterior. ¿Para ellos se legisla?
En el 2018 los electores peruanos hábiles en las Américas fueron 611.459 y solo votaron 136.881 (22,3%); en África votaron 41 (14,7%) en Asia 3.971 (11,4%); en Europa 74.324 (29,03%) y en Oceanía 1.143 (21,42%). En las elecciones de enero pasado el ausentismo aumentó. Como puede verse, esto no refleja el “sentir” de nuestros compatriotas, sino la primacía de la realidad.
El congresista tiene tres funciones: legislar, fiscalizar y representar. ¿Pueden legislar para el extranjero? ¿Van a fiscalizar a los cónsules, embajadores o al alcalde de Nueva York? Y, ¿van a representar intereses tan diversos de peruanos que viven en Nigeria, Alemania, EE.UU., Argentina, o China? Gracias a diversas iniciativas, entre ellas la mía, aprobamos la Ley del Retorno, para facilitar el regreso a casa, pero solo 2.500 se acogieron a ella según el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En el Perú hay 130 congresistas que representan a 32 millones de habitantes, es decir 246 mil habitantes por curul. En Huánuco, Puno y Junín la falta de representación es mayor, teniendo nuestro país uno de los más bajos niveles de representación en el mundo. De crearse estas cuatro curules, los peruanos que viven en EE.UU. o en España, estarían mejor representados que todos los que vivimos en el Perú. Además, esto implicaría gastos extraordinarios, donde los viajes de representación y viáticos serían para frecuentar los cinco continentes con pasaporte diplomático. El quinquenio legislativo de estas curules costaría 125 millones de soles.
Finalmente, Tuesta se equivoca cuando sostiene que los peruanos residentes en el extranjero, son “ciudadanos de segunda categoría”, porque pueden votar para elegir, pero no pueden ser elegidos. Eso no es verdad. Tan es así que verificamos que muchos de aquellos que están detrás de esta propuesta tienen nacionalidad norteamericana, figuran como aportantes de las campañas de Hillary Clinton y Barack Obama, han sido congresistas por Connecticut y también candidatos al Congreso peruano en la lista por Lima obteniendo magros resultados. En definitiva, no todos vuelven, sus prioridades son otras, y sus problemas se resuelven no creando nuevas curules, sino exigiendo que nuestras representaciones diplomáticas les brinden mejor atención.