Ed Málaga-Trillo

Ante el desgobierno y la anarquía, el tiene la obligación de darle salidas constitucionales y democráticas al país. Al interior del Parlamento, el poder se ejerce a través de voceros y bancadas, los que pueden actuar con sentido de la realidad o siguiendo el capricho de jefes y dueños de partidos, ¡oh paradoja de la representatividad! Finalmente, es la (MD) quien asume la conducción de esta gran nave, marcando el ritmo legislativo y encaminando la agenda parlamentaria. Por ello, el desempeño de la actual MD y la elección de una nueva en tres meses serán decisivos para resolver la crisis de gobernabilidad, siempre y cuando sus integrantes sepan leer correctamente el momento político.

La actual MD responde a una correlación de fuerzas opositoras que buscaba justificadamente hacer contrapeso al populismo irresponsable del Ejecutivo, aunque no siempre con los argumentos más sensatos (fraude electoral, conspiración comunista, etc). Hoy, de las cuatro bancadas ahí representadas, solo una (Avanza País) mantiene un claro carácter opositor, mientras que las otras tres (AP, APP y Podemos Perú) se debaten en una indefinición que ha sentenciado su desgaste político. En estas circunstancias, habrá que pensar si esta MD tiene la credibilidad y el margen de acción para continuar o si sería más saludable tener una MD que responda a la actual coyuntura.

Hoy, la ciudadanía exige del Congreso un liderazgo político coherente, una oposición firme e inteligente que anteponga el bienestar del país a sus intereses de grupo. Ello implica retirar al presidente como principal responsable del desgobierno, asegurar la sucesión presidencial respetando la Constitución y consensuar reformas políticas y electorales mínimas –legitimadas por referéndum– que garanticen condiciones idóneas para nuevas elecciones generales y futuros gobiernos estables.

Las reformas son absolutamente esenciales y algunas de ellas ya han sido presentadas. Sin ellas, la narrativa del “que se vayan todos y adelanto de elecciones” se desvirtúa por la inminente repetición del desastre y por la codicia de quienes aprovecharían elecciones apresuradas para intentar acceder al poder. Bien decía H.L. Mencken que para cada problema complejo hay una respuesta clara, simple y… equivocada. Así que cuidado con lo que pedimos.

¿Es posible conformar una nueva MD de oposición a la altura del reto? ¿Podemos esperar tres meses? El descrédito de las dos bancadas mayoritarias (Perú Libre y Fuerza Popular) y de los partidos políticos en general me hacen pensar que esta vez los integrantes de la nueva MD no deberían ser elegidos en base a sus afiliaciones partidarias, sino más bien por sus trayectorias y méritos personales, y por cualidades hoy tan escasas como la sensatez, moderación, capacidad de diálogo y convocatoria. Ellos deberán conformar una nueva MD con el compromiso explícito de forjar una transición democrática y nuevas condiciones de gobernabilidad.

El país se derrumba. La confianza ciudadana se agotó. Es hora de pensar fuera de la caja, siempre al amparo de la ley.

Ed Málaga-Trillo Congresista por el Partido Morado