(Foto: Archivo El Comercio)
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Gaby Pacheco

El 6 de enero del año pasado, el colectivo Padres en Acción, preocupado por la implementación del nuevo currículo escolar que incluía entre sus planteamientos un enfoque transversal de género, presentó una demanda de acción popular contra una resolución del Ministerio de Educación (Minedu). Estos padres de familia consideran que este enfoque constituye una imposición arbitraria de una visión sesgada de la sexualidad. Teniendo en cuenta que, de acuerdo a la Ley General de Educación, para realizar cualquier cambio en las políticas educativas se debe contar con la participación de la sociedad civil –lo que incluye a los padres de familia–, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declaró fundada en parte la demanda en agosto del 2017 y resolvió eliminar en el currículo escolar un párrafo referente al enfoque de género. 

Por ello, nos llama la atención que Patricia Ames, integrante del Consejo Nacional de Educación, en su columna en este Diario (publicada el 27/3/2018) pareciera dar a entender que el colectivo Padres en Acción se opone a la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones. Cuando, por sentido común, ningún padre de familia puede querer que se denigre a su hija, se le quiten oportunidades y menos que sea víctima de abusos sexuales. 

Además, se argumenta erróneamente que uno de los párrafos cuestionados por Padres en Acción a través del Poder Judicial (PJ) corresponde a la definición de la Unesco sobre igualdad de género: “la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de mujeres y hombres, y niñas y niños”. Cuando en realidad, el párrafo vetado por la justicia es el siguiente: “Si bien que aquello que consideramos femenino o masculino se basa en una diferencia biológica sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día, en nuestras interacciones”. Y claramente se refieren a situaciones muy distintas. 

La Constitución y la legislación peruana determinan que mujeres y varones son iguales ante la ley, lo cual no es cuestionado ni por los padres de familia ni por el PJ. Nosotros no estamos en contra de la igualdad ante la ley entre mujeres y varones, más bien reclamamos el derecho a la igualdad respetando las diferencias y rechazamos una reducción de las diferencias naturales a criterios de identidad de género. El enfoque de género ideologizado no es la solución para combatir las desigualdades, ya que es una posición dogmática, arbitraria y que subestima la creatividad y capacidad de la comunidad educativa peruana para generar soluciones acordes con su realidad, diversidad, historia y valores. 

La aplicación del nuevo currículo impondría en forma obligatoria un modelo ideológico de educación sexual para todos los colegios, vulnerando el derecho de los padres a elegir y dirigir el proceso de formación de sus hijos de acuerdo con sus convicciones personales, derecho avalado en la Constitución (y tratados internacionales de DD.HH.) y en la Ley General de Educación vigente. Si solo se aplica la visión ideológica de género para combatir las desigualdades entre varones y mujeres, no se estaría respetando otras concepciones antropológicas que son más adecuadas para conseguir este objetivo, mediante la promoción de la familia y el respeto a la vida. 

Para finalizar, dado que se nos dio la razón solo en parte, la sentencia sobre el currículo escolar ha sido también apelada por Padres en Acción ante la Corte Suprema por considerar que es evidente que el Minedu afecta el derecho de los padres a elegir libremente un colegio y a participar en el proceso educativo de sus hijos. Ya en primera instancia, el PJ instó al Minedu que modifique y elabore el currículo con la participación de los padres de familia, porque es su derecho y porque no fueron consultados durante su elaboración. ¿Todos los actores en el proceso educativo deben ser tratados con igualdad o no?