Asistí a la presentación del libro de Carlos del Solar, “50 años de geólogo petrolero”, en el que nos narra qué significa ser geólogo en el Perú y cómo se han desarrollado los hidrocarburos en el país en las últimos cinco décadas.
Del Solar nos confirmó que hoy el Perú ha retrocedido en el campo petrolero, pues no hay ni un pozo exploratorio, lo que implica la ausencia de nuevas reservas y para cualquier reserva adicional habrá que empezar hoy y tener la suerte de encontrar algo. Ya importamos diésel para transporte pesado y turbinas eléctricas y algunas gasolinas de alto octanaje. Ello aumentará y no hay nada nuevo en el horizonte.
Comentando el libro, se preguntó válidamente si un proyecto como Camisea podría desarrollarse hoy. La respuesta fue negativa. En el 2000 se empezó la construcción de Camisea y gracias a él hemos logrado tarifas eléctricas más bajas para los peruanos y el desarrollo de industrias más competitivas y no hemos sentido la escasez como países vecinos. La pregunta es ¿qué tenemos que hacer para que el gobierno entrante siga desarrollando los grandes proyectos que significan un beneficio real para el país?
Tenemos que aprender a comunicarnos. El Ejecutivo no puede seguir dándole la espalda a la ciudadanía y quedarse callado ante los proyectos, sus alcances, problemas y la forma de solucionarlos. ¿Debe informar el presidente? ¿Quizá el primer ministro? ¿Los propios ministros? No es importante. Lo relevante es que cualquier proyecto importante debe ser explicado a la ciudadanía y luego debe llevarse adelante con apoyo de esta y del Estado. Jamás se habría podido sacar Camisea si la actitud del Ejecutivo hubiera sido la que hoy vemos en Conga, Tía María y Las Bambas. La actitud de hoy es que las empresas se las arreglen y gran parte de la oposición a nuevos proyectos se debe al desconocimiento y a la falta de información que el Ejecutivo ha dejado que sea recurrente, no sabiendo “gestionar” los proyectos, con lo que ello significa. Necesitamos un Ejecutivo que conozca bien los proyectos y luego este Ejecutivo, unido y con una sola historia, pueda darlos a conocer al país y, sobre todo, a aquellos impactados por los mismos.
Si no hay información oficial, queda en los peruanos lo que la prensa recoge, que muchas veces sale de algunos parcializados por tener algún interés. Lo que hoy tenemos es un Ejecutivo que no apoya sus propios proyectos y, más bien, deja a las empresas que hagan lo que pueden, para bien o para mal. No hay un Estado presente, no se le da importancia al crecimiento, cada cual anda por su lado y ello le hace mucho daño al país.
Camisea, que parte de la selva de Malvinas, en La Convención con una planta de separación; cruza los Andes con un ducto de más de 780 kilómetros a más de 4.000 metros de altura, llega a la costa, tiene una planta criogénica en Melchorita y una de fraccionamiento en Pisco, y un segundo ducto de más de 400 kilómetros de Ayacucho a Melchorita, entrando a Lima a distribuir gas por redes a domicilios, necesitó de mucho empuje y de varios gobiernos que apoyaron, sin reparos ni medias tintas, el proyecto.
Quien presida el país debe conocer nuestros proyectos, evaluarlos y, si son convenientes para el país, impulsarlos con todo, como fue Camisea. De otra forma, seguiremos perdiendo oportunidades.