Kike La Hoz

Cuesta escribir la palabra ‘eliminatoria’ sin recordar a Andrew Redmayne haciéndole morisquetas a Alex Valera antes de hundirnos en el abismo. Puede haber pasado poco más de un año de aquella película de terror filmada en un estadio catarí, pero la memoria emotiva no engaña. Cierre los ojos y pruebe. Aún duele. Este jueves la selección peruana comenzará una nueva Eliminatoria y la palabra ‘ilusión’ ya empieza a imprimirse, una vez más, en portadas, etiquetas de cerveza y polos de todas las tallas en Gamarra. El ritual incluye a Ricardo Gareca, que, sin estar más en el banco, nos habla, desde una conferencia de prensa imaginaria, tal como el espíritu holográfico de un viejo jedi que nos sigue cuidando desde un más allá, allá en las afueras de Buenos Aires.

La publicidad es tan buena que uno se olvida por 55 segundos que Juan Reynoso es el técnico que encarará las nuevas Eliminatorias al Mundial 2026. El final, muy a nuestro pesar, nos regresa a la realidad. “Antes de depositar su dinero, necesitan depositar su confianza”, dice el ‘Tigre’. A muy pocos se les ocurriría decir, pese a haber fallado ante Australia en el repechaje, que Gareca le tiene una deuda al país. Al contrario, quizá le debamos mucho más a él, y por eso su figura totémica alcance para hacernos sentir una suerte de ilusión nostálgica y de paso capturar clientes con tarjetas, préstamos y créditos bancarios inacabables. Qué importa. Confía, peruano, confía. Confianza es lo que necesitamos, nos dice el banco responsable disfrazado de Gareca. ¿Pero cuánto confiamos en Reynoso? Algunos poco. Otros prefieren no desconfiar hasta no darle chance a fallar. No faltan los que cuestionan su insistencia por Christian Cueva (desconvocado por lesión) o su veneración por Paolo Guerrero (39) en desmedro de los nuevos rostros. Los ciclos pasan, es cierto. Es el tiempo de Piero Quispe, Jesús Castillo, Joao Grimaldo. Pero no es sencillo ser el encargado de cerrar una etapa inolvidable sin la seguridad de un futuro mejor. Al ‘Cabezón’ le toca exorcizarnos de uno de los mejores seleccionadores de nuestra historia, algo así como querer esconder a un ‘Tigre’ en un armario.

La seriedad de Gareca es el ‘leitmotiv’ del spot publicitario en cuestión. Serio en la vida, serio en el trabajo. Y Reynoso parece haberse tomado en serio esas palabras porque no quiere dejar librado nada al azar. Paneles alrededor de los campos de la Videna servirán para espantar a curiosos y espías por igual. La planificación del viaje a Ciudad del Este ya empezó con muchos días de anticipación. Debutar en un estadio en el que se juega la Segunda División paraguaya será una prueba de temple, pero de estrategia a la vez. “Seriedad es dedicarse y comprometerse”, dice Gareca en la publicidad, y eso es algo que tiene claro Reynoso con un calendario que lo podría encontrar a fin de año, luego de las seis primeras fechas, con apenas tres puntos y la nuca contra las cuerdas.

¿Habrá suficiente confianza y compromiso? Se ha repetido tanto que en una eliminatoria con seis cupos directos quedarse fuera sería poco más que una fatalidad, que ni siquiera empezamos y las dudas ya sobrevuelan como moscas. “Hablemos en serio”, reza el eslogan de la campaña publicitaria que Gareca encabeza. Y si debemos hablar en serio, empecemos: primero, el estatus de la selección peruana sigue siendo el de una selección modesta que debe ganarse la comida después de 12 horas de trabajo diario; segundo, la consolidación de más figuras para el universo de convocables tomará tiempo; y tercero, pese a todo, la Eliminatoria siempre debe jugarse hasta la última fecha, hasta el último quejido.

Hablar en serio también incluye decir que no se puede anunciar como aliado de la selección peruana “en la captación y desarrollo de jugadores destacados” a Repsol, una empresa que prefiere firmar un contrato de poco más de US$2 millones anuales como auspiciador de la Federación Peruana de Fútbol antes de pagar la totalidad de los S/97 millones en multas impuestas por el mayor desastre ecológico ocasionado en las costas peruanas. Por supuesto, la pequeña inversión sale a cuenta si lo que se busca es mejorar la imagen. Limpiarse la cara con el mejor producto nacional: la selección. Doce mil barriles de petróleo arrojados al mar, 24 playas teñidas de crudo, más de 500 aves marinas muertas, cientos de pescadores con las vidas arruinadas. Nada de eso se olvida. Pero debemos escuchar que son una “empresa que cree firmemente en el potencial de cada niña y niño en el Perú”. La camiseta sí se mancha. Y debería seguir siendo noticia luego del debut ante Paraguay. “Ojo, seriedad no significa dejar de sonreír”, dice Gareca. Y yo le creo.

Kike La Hoz es periodista y director de la revista digital “Sudor” https://revistasudor.com/