Arturo  Vásquez Cordano

La guerra entre ha provocado una grave disrupción en el funcionamiento de los mercados energéticos a nivel mundial no observada desde la década de 1970.

El conflicto en Europa, que ha provocado el incremento abrupto de los precios del petróleo y gas natural en los mercados internacionales, está impulsando una escalada de la inflación en diversos países como el Perú, que viene sufriendo el encarecimiento de los productos básicos y los costos de transporte.

Si bien uno de los motivos de la crisis alimentaria a nivel mundial son las sanciones económicas aplicadas a Rusia –por los países aliados de la OTAN– que han provocado restricciones en las exportaciones de fertilizantes (cuya principal fuente es el gas natural), lo que pone en peligro la sostenibilidad de la producción agrícola, se avizora un escenario alterno: la petroquímica. Esta industria produce fertilizantes que constituyen insumos fundamentales para la agricultura. Estos insumos son claves para sostener la producción de los productos agrícolas necesarios para alimentar a la población mundial.

Como bien se sabe, la escasez de fertilizantes es un grave riesgo para la seguridad alimentaria del Perú; sobre todo, por la vulnerabilidad a la que está expuesto el país ante las restricciones de abastecimiento de estos insumos agrícolas por la guerra. El Perú es un país que no tiene plantas petroquímicas, lo que explica por qué nuestro país debe importar del mercado internacional la mayoría de su demanda, exponiéndose a demoras o caídas en la suscripción de contratos de abastecimiento (como ya hemos visto en de urea por parte del Estado). Este problema y, por supuesto, la falta de fertilizantes contribuyen a la inflación de los precios de los productos de la canasta básica familiar, lo que reduce la calidad de vida de las familias peruanas.

La crisis económica global está generando oportunidades de inversión en la industria petroquímica, basada en el gas natural, el principal insumo para la producción de fertilizantes como la urea. El incremento de los precios del gas natural en los mercados energéticos, sumada a la búsqueda de fuentes económicas de producción de fertilizantes fuera de la zona de guerra en Europa, ha reactivado el interés de los inversionistas por el desarrollo de proyectos petroquímicos en regiones que ofrezcan un gas económico, así como facilidades de infraestructura para instalar plantas de producción de fertilizantes.

Estas condiciones las reúne el Perú puesto que, en primer lugar, cuenta con los yacimientos de gas natural de Camisea localizados en Cusco. El gas de Camisea tiene un precio regulado que es muy atractivo para el desarrollo de proyectos petroquímicos. En segundo lugar, la región de Ica tiene ya instalada una red de transporte y distribución de gas hasta la zona de Marcona donde podría instalarse un polo de petroquímica básica dedicada a la producción de fertilizantes (como la urea y otros insumos nitrogenados) necesarios para la agricultura nacional, pero también nitrato de amonio, que es una materia prima para la producción de explosivos que requiere la industria minera. El desarrollo de una planta petroquímica en Ica sería la solución de largo plazo para reducir nuestra dependencia de las importaciones de fertilizantes.

En ese sentido, el escenario actual constituye una oportunidad única para relanzar la promoción de la inversión privada en petroquímica, cuyo desarrollo permitirá fortalecer la seguridad alimentaria del país y generará un mayor valor agregado para el gas de Camisea. Ello aumentará la recaudación de impuestos y regalías gasíferas que contribuirá al cierre de la brecha fiscal que se produjo por las secuelas de la pandemia del y brindará mayores recursos a las regiones que producen el gas, como Cusco. Por ello, el Perú podría experimentar una ‘era dorada del gas natural’ debido a estas oportunidades que se han generado por el conflicto en Europa. Ojalá que en esta ocasión no volvamos a perder esta oportunidad de desarrollo, como ocurrió con los casos del guano y el caucho.

Arturo Vásquez Cordano es exviceministro de Energía