El problema boliviano, por Óscar Vidarte A.
El problema boliviano, por Óscar Vidarte A.
Redacción EC

La demanda de Bolivia a Chile ante la Corte Internacional de Justicia de es un tema estrictamente bilateral, sin embargo, tal y como solicitaron Ecuador y Colombia tratándose del diferendo marítimo que nuestro país tuvo con Chile ante el mismo órgano jurisdiccional, el Perú ha solicitado conocer el contenido de la memoria presentada por . Esto no significa ninguna intromisión en el proceso entre nuestros dos países vecinos, sino tener en consideración los alcances del pedido boliviano y la afectación que pudiera existir contra nuestros intereses.

Si bien el artículo primero del Protocolo Complementario al Tratado de Lima de 1929 impide a Chile ceder territorio de Arica a un tercer país sin el consentimiento del Perú, antes de preocuparnos por este tema, primero debe existir voluntad en Chile por realizar una cesión de territorio soberano a Bolivia. Este tema compete estrictamente a las autoridades chilenas, pero parece bastante lejano de la realidad.

Solucionar el problema de la mediterraneidad de Bolivia resulta importante para nuestro país para lograr cierta estabilidad en una región limítrofe; pero, si llegara a darse un acuerdo entre Bolivia y Chile, tal y como lo solicita el país altiplánico, habría que preguntarse los términos del mismo.

Ciertamente finalizar la problemática marítima con Chile ha sido central para nuestra política exterior, sin embargo, en caso de que la mediterraneidad de Bolivia pase por un corredor entre Chile y el Perú (la opción más real), queda pendiente el tema del triángulo terrestre que debe ser solucionado antes de cualquier tipo de cesión de soberanía por parte de Chile. Además, deberá de considerarse la posible fractura de la articulación entre Tacna y Arica, los derechos del Perú producto del y su Protocolo Complementario (por ejemplo, en materia de libre tránsito de personas, mercaderías y armamentos), los ambiciosos planes en integración energética entre ambos países, así como la posibilidad de ver desarrollarse una triple frontera que puede ser fuente de contrabando, tal y como sucede en la frontera entre el Perú y Bolivia, o en la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil.

Otra salida podría ser que Chile decida ceder territorio soberano más al sur que no requiera el consentimiento del Perú, dividendo su propio territorio en dos, pero esto parece aún más remoto. Ahora, teniendo en cuenta que el comercio de Bolivia sigue dependiendo en gran parte del puerto de Arica, tal y como sucedió incluso a lo largo del siglo XIX cuando tenía acceso al mar, Chile podría proponer una solución similar a lo acordado entre el Perú y Bolivia en relación con el puerto de Ilo. Con la presentación de la demanda, esta no es una solución para el gobierno boliviano.

Señalar que nuestro país no será un obstáculo a la aspiración de salida al mar de Bolivia no debería significar que tendrá, necesariamente, una opinión favorable si Chile acuerda ceder territorio que antes fue peruano a Bolivia. Hará falta de un acuerdo previo entre el Perú y Chile. No es un tema de nacionalismo, son simplemente intereses.