En estos días hemos venido escuchando mucho sobre minería informal e ilegal, los famosos Reinfos, la complejidad social generada por esta minería, y lo peor; la corrupción, violencia y las mafias vinculadas a este tipo de minería. Incluso el uso de estos dineros ilegales para financiar las campañas políticas, que han devenido en las acusaciones a prominentes miembros del gobierno y parlamento vinculados a esta actividad.
No quisiera entrar a describir en estas líneas la complejidad del tema, pero creo que es importante explicar que hay mineros informales que cuentan con concesiones mineras y el terreno superficial, hay los que no cuentan ni con el terreno superficial, ni las concesiones y otros que cuentan con uno de los dos. Pero todos tienen algún nivel de informalidad.
Lo que si estoy seguro es que este tema no se termina prohibiendo los Reinfos y metiendo a todos a la cárcel, pues el costo social de ello sería enorme y no hay capacidad de represión para ello, ni capacidad carcelaria para tanta gente.
Sin entrar en estos temas quisiera proponer algunas medidas concretas:
1-Controlar los insumos de la minería informal.
Recuerdo que en los 80′s por el terrorismo de esos años se logró controlar la compra y tenencia de la dinamita y de los explosivos. Esto con la idea de no permitir que llegara a manos de los terroristas. Sin explosivos no se puede hacer minería en roca dura. ¿Por qué no vuelve el estado a ejercer este control estricto? Esto no solo por la minería ilegal, sino por los casos en que se está usando explosivos para las extorciones y la violencia. Los proveedores de explosivos deben de controlar donde terminan sus productos, esto ya se hizo antes.
Creo que esto es algo que se puede hacer de inmediato. Debemos exigir que se haga.
Similar tema es el de otros insumos como la cal, el cianuro, el mercurio, estos son insumos controlados, se venden con registro y son fiscalizados por la Sunat. El Estado debe poner más esfuerzo en controlar el comercio indiscriminado de estos insumos.
Las herramientas para la extracción de minerales no pueden ser vendidos indiscriminadamente. En algunos casos incluso se utiliza equipos pesados como tractores, cargadores frontales y retroexcavadoras; ¿Hay algún control de quienes los compran? ¿No podemos pedir un mayor control a las empresas que los venden?
2. Contolar las plantas de tratamiento
Las plantas de tratamiento deben garantizar el origen de los minerales que procesan. Las plantas deben asegurar su trazabilidad. A las que no lo hagan, debe exigírseles que lo hagan y sancionarseles si no lo hacen.
Debemos asegurarnos también de que las plantas cumplan con las leyes laborales, que aseguren la seguridad de sus trabajadores para que no haya accidentes y que no contaminen. ¿Por qué se audita en exceso a las plantas de empresas grandes y formales y a estas no?
3. Las personas y el ambiente son lo principal
Debemos elevar los estándares de trabajo y ambientales de estas operaciones. ¿Cómo hacerlo? Permítanme comentarles que hace varios años, cuando presidia el Instituto de Seguridad Minera (ISEM), planteamos que todo trabajador minero debería tomar un curso teórico práctico para conocer las mejores prácticas en el minado y procesamiento de minerales, para saber que es legal y que no y para saber que puede hacer daño al ambiente. Se le llamó en el momento el “Brevete Minero”. Este brevete permitiría que las personas que trabajan en minería; la formal y la informal, tengan un nivel de conocimiento necesario para no arriesgar sus vidas por situaciones y actos inseguros y que no hagan daño al ambiente. Por último, que si se hace algo reñido con la legislación vigente lo sepan y no quiebren la ley sin saberlo. Este brevete debería ser refrescado con charlas y clases de actualización.
Esto sería una apuesta por las personas que trabajan en minería para que ayuden a resolver el problema. Permitiría también al estado a fiscalizar que todo el personal involucrado en el extracción y procesamiento de minerales este capacitado.
4. El estándar mínimo
No podemos permitir que en operaciones mineras se tomen riesgos mayores para las personas y el ambiente. Así como hay un exceso de permisología para las empresas mineras formales, debe haber un mínimo de normas que sean obligatorias para cualquier operación de extracción y procesamiento de minerales. No estamos hablando de legalidad, estamos hablando de proteger a las personas y al ambiente en nuestro país con normas claras y sencillas. Las personas y el ambiente son lo más valioso de nuestro país, no podemos permitir que se pongan en riesgo.
Finalmente, el tema es muy delicado pues las organizaciones delictivas y criminales han penetrado a los mineros informales e ilegales, por ello se debe actuar con mucha cautela, con medidas muy bien pensadas, pues de lo contrario se podrían generar situaciones sociales terribles.
En algunos casos hay comunidades que dependen de la extracción de minerales para su sustento y que tratan de hacerlo de una manera correcta, por ello, debemos ayudar a estas comunidades a llevar sus operaciones de tal manera que tengan estos estándares mínimos de trabajo y acompañarlas en el proceso de lograrlo.