¿Qué hacer con Petro-Perú?

Carlos E. Paredes

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Carlos E. Paredes

Privaticemos Petro-Perú

Alejandro Cavero Alva

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Alejandro Cavero Alva

“Pensar que Petro-Perú se privatizará en el corto plazo es poco realista”.

Lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de que tenemos un gran problema con . Es importante que tanto dentro como fuera de la empresa los peruanos nos demos cuenta de que la situación actual no da para más y que urge corregirla. Y empiezo con esto, que parece obvio, porque dentro de la empresa la mayoría no es consciente del enorme costo que implica que Petro-Perú se maneje con el gobierno corporativo existente y con la falta de transparencia que se deriva de él. La gerencia se guía por sus intereses de corto plazo y no por las necesidades de todos nosotros, los verdaderos accionistas de la empresa, a los que deberían rendir cuentas, pero a quienes ignoran totalmente.

Fuera de la empresa, la mayoría de los peruanos no es consciente de que la calidad de los servicios de salud y seguridad ciudadana es deficiente debido, entre otras razones, a la inadecuada asignación de los recursos del : en vez de asignar los escasos recursos fiscales a mejorar la calidad de vida de los peruanos, los destinamos a aventuras empresariales –como la refinería de Talara–, manejadas por gestores públicos que no responden a nuestros intereses, sino a los suyos. Es increíble constatar que un alto porcentaje de la población (más de un tercio) quisiera ver una mayor actividad empresarial estatal a pesar de que esta repetidamente ha fracasado en las últimas décadas.

Tomar conciencia del costo que implica Petro-Perú para los peruanos es el primer paso para poder cambiar su estructura actual. Petro-Perú nos cuesta mucho y nos reditúa poco. Desmitifiquemos el tema. ¿Se puede la empresa en las actuales circunstancias? Difícilmente. El valor de la empresa es nulo o negativo (aun después de la capitalización del año pasado). ¿Qué vamos a vender? Nada. Tenemos que pagar para que se la lleven. Algunos han propuesto que el tesoro se quede con la deuda de la empresa y que luego esta se venda, una forma encubierta de pagar para que se la lleven. Estoy seguro de que el costo de hacer esto es menor que el que la empresa siga operando como lo ha venido haciendo. Pero ¿es posible?

Pensar que Petro-Perú se privatizará en el corto plazo es poco realista. Lo que hay que hacer es optar por el “segundo mejor”: apuntar a incorporar capital y gestión privada en el corto plazo, diseñando los mecanismos legales y societarios que viabilicen esto de manera transparente y blinden a la empresa de la injerencia política. En el interín, exigir transparencia, que el directorio de la empresa rinda cuentas sobre cómo se usaron los recursos que el Estado canalizó a Petro-Perú y explique por qué hoy pide más. También debe hacer públicos los resultados del estudio que estaba obligada a contratar para reestructurar la empresa y mejorar su gobierno corporativo. Que nos informen sobre el progreso alcanzado en la implementación de las recomendaciones. Es hora de transparentar las cosas y de rendir cuentas.