César Madrid Isla

Hoy, 20 de febrero, se conmemoran 105 años del nacimiento del recordado fundador del (PPC) y líder del socialcristianismo en nuestro país, el .

Chalaco de nacimiento, estudió en escuelas fiscales y destacó en el colegio nacional Nuestra Señora de Guadalupe al ser el número uno en el cuadro de méritos. Luego ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde se enfrentó a posiciones radicales de la izquierda en dicha casa de estudios.

Fueron cuatro las personas que influyeron profundamente en su vida: su padre, don Jacinto Bedoya Falconí; el párroco de Miraflores, Amelio Plascencia; Víctor Andrés Belaunde y .

Ministro de Justicia durante el primer gobierno de , Bedoya fue elegido alcalde de Lima en 1963 y reelegido en 1966, derrotando en ambas oportunidades a la poderosa coalición Apra-UNO que se había unido electoralmente. Entre 1964 y 1969 realizó las más audaces transformaciones en nuestra capital. Sus principales obras fueron el gran mercado central, la de Paseo de la República –hoy llamada Luis Bedoya Reyes–, el legendario Puente Dueñas, el puente del Ejército, la avenida Perú, la avenida Circunvalación, la Plaza Unión, etc. Fue un visionario y el mejor alcalde de nuestro país.

En 1956 fundó el PDC; diez años después, en 1966, el Partido Popular Cristiano.

En 1979, Luis Bedoya Reyes fue elegido constituyente y, como líder político, demostró temple, desprendimiento y visión de país. Su grandeza salió a relucir al declinar la presidencia de la Asamblea Constituyente, propuesta por la izquierda en su conjunto. Bedoya, con hidalguía, propuso a , algo inusual en la política nacional, causando impacto como hito histórico por aquel gesto de grandeza hacia aquel viejo luchador que por primera vez alcanzaba un cargo público, gracias a Luis Bedoya Reyes y al PPC.

Postuló a la Presidencia de la República en 1980 y 1985. En 1990 construyó el Fredemo junto con Fernando Belaunde y .

Luis Bedoya Reyes fue, además de un excelente profesional, un político químicamente puro; un estadista de nivel, con un mensaje de relieve lleno de grandeza. Fue trascendente tanto en su personalidad como en sus gestos, regando enseñanza y construyendo país. Bedoya fue un líder que nació para hacer historia. Su intenso caminar bajo una sola dirección, bajo un mismo derrotero, pudo ser espinoso o no, pero siempre superado por su trascendencia, por la rectitud de su conducta, mirando el horizonte de manera permanente para encontrar luz y esperanza.

Nos dejó mensajes: su limpia conducta democrática, su visión de país, así como como sus obras en la capital de la República que hoy recordamos con gratitud.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

César A. Madrid Isla es exregidor de Lima Metropolitana